de la ciudad. Llevan
todo el día de negociaciones con el alcalde de Meco para poder rodar el
miércoles. No tenía ni idea de que allí se iba a rodar una película. El
tema se había tratado con el alcalde anterior y había perdido las elecciones.
Toca empezar desde cero. Ion Arretxe lo explica de una forma muy clara:
"Es un problema de velocidades. El alcalde, recién llegado, va a una, muy
lenta, sin sobresaltos. En la película vamos a otra, sobreacelerados. Resulta
difícil unificar ambas". La película va a doscientos por hora. Los ayuntamientos,
recién estrenados, arrancan en punto muerto.
Martes 6
de julio.
Más interiores. Sin aire acondicionado, por cierto. Dos secuencias que se
solapan en el guión y que permiten dar la doble visión que sobre la caminata
tienen sus dos principales protagonistas: Lina, interpretada por Adriana
Ozores, que sale de un baño y cuenta sus penas a una cocinera; y Fidel,
Antonio Resines, apoyado en la barra de un pub mientras relata su hazaña
a los parroquianos. José Antonio Quirós me dijo hace días que se iba a echar
de menos Asturias. Pedro Costa me comenta hoy que detecta en el ambiente
algo como un síndrome Asturias entre el equipo. La gente se ha quedado con
mono. Es un rollo de temperatura, de ambiente, de luz, de comportamiento,
de humedad, de gente. Lo cierto es que buena parte de Asturias se ha volcado
en la película. En especial la gente. Entendieron que se estaba hablando
de su historia particular y de sus cosas. A nivel institucional, por el
contrario, los problemas rozaron el ridículo. Ignacio Gracia Noriega, en
su artículo Pedro Costa otra vez en Oviedo, publicado hace algo más de dos
meses en LA NUEVA ESPAÑA, expresó perfectamente el comportamiento de la
Consejera de Cultura, vinculándolo al pasado más rancio del franquismo.
El caso de la Obra Social y Cultural de CajAstur, todo buenas palabras y
sonrisas amables, y nada más, no merece mayor comentario. Las vueltas de
Hunosa, y el hecho de cobrar por utilizar sus instalaciones, ya fueron descritas
en su momento en este diario. Todo lo contrario de la buena imagen que dejaron
a su paso los responsables de Alsa, o de los ayuntamientos de Mieres, Morcín
y Oviedo, entre tantos otros particulares.
Miércoles 7 de julio.
Me pierdo entre el tráfico espantoso de Madrid. Este año parece no haberse
ido nadie de vacaciones. Llego tarde a Meco para ver la escena de la entrevista
por la radio de Resines y el alcalde, interpretado por Antonio Gamero. A
la puerta del Ayuntamiento nos echa el alto Verónica Salamanca. Llegamos
justos para escuchar a José Antonio Quirós el "corten, es buena". Veo la
grabación en video. Me comentan a la comida que a Resines no le gusta el
"hachu" de mina que le ha comprado Iñaqui Rubio para la escena en que supuestamente
se lo tiene que entregar al Rey. Que ha visto como son los de los mineros
de verdad y que este le parece de juguete. Nos corta la conversación Eva
Díaz que llega con la noticia de que se ha detectado una veladura en una
secuencia. Se la ve preocupada. Sabe que en estos casos la culpa siempre
es huérfana. Al final todo quedó en un susto. Avanzada la tarde se rueda
la madrugada de un día después de una fiesta. Tachín, Alex Pavón y Pablo
Trasancos están encantados. "Es el primer decorado que nos encargan ensuciar".
Cajetillas de tabaco, bolsas de patatas, confetis, botes de cerveza... La
calle está que da asco. Al fondo se afanan dos barrenderos. Pasa el kioskero
con el puesto rodante. Vienen caminando Adriana, Resines y Nicolás. Les
han robado y llevan desde ayer sin probar bocado. Se cruza con ellos la
charanga tocando la diana. La guardia civil va tras ellos. A la altura de
los caminantes detienen el furgón. El cabo se baja y les conmina a que suban.
La secuencia, además de tres ensayos, se repite siete tomas. Al final los
de la banda tienen cara de haber madrugado y los caminantes de estar hasta
el gorro. El cansancio en la cara de Nicolás tiene todas las trazas de no
ser fingido. Son muchas horas, muchos días, muchas semanas y pocos años.
Con una partitura en la mano Juan Carlos Cuello va dando instrucciones a
los músicos. Hablamos de la música de la película en general y en concreto
de la necesidad de una canción de chigre para que la canten unos tertulianos
en un bar. Quirós nos propone la de "Borrachu m'acosté anoche / borrachu
me llevanté". Quedo en preparar una pequeña partitura. A ver como les damos
acento a los que la canten. |
en un practicable a pleno sol para generar más luz con un foco a través
de una ventana. Dentro se mueven con más focos Antonio de Pedro y Alberto
Sánchez. Cuando Quirós dice "corten" es Antonio quien se tira a la tecla
del aire acondicionado. Da lo mismo. Entre tomas, se ve al actor Bartolomé
Moreno, que hace de camarero, darle como un poseso al abanico. Mientras
tanto, Miguel Ángel Cárdenas va dando más órdenes para poner más focos.
Consigo hacerme con un sitio en una esquina bajo el aire acondicionado.
Me entretengo en beber agua y en ver maniobrar a Alfredo Díaz con el mecano
de su grúa. Es su segunda piel. La monta, la cuida, la desmonta, la mima.
O en seguirle los movimientos a Urko Garai con su percha de sonido. Colgado
de ella. Entre percha y percha utiliza el micro para pasarle información
a Daniel Fotrrodona, sentado frente a la torre del sonido. No sé qué tipo
de información. Pero a veces compruebo que se están partiendo el pecho de
risa.
Viernes 9 de julio.
Se rueda en un descampado entre Las Rozas y El Escorial. Llega un equipo
de Tele Norte a hacerles una entrevista a los caminantes. Se trata de un
burla a los programas de tipo magazine en los que todo vale. Después de
grabar un rato se manipulan las palabras de Resines y se manipula el propio
carácter de su viaje a Madrid. Todo queda reflejado como una anécdota pintoresca.
Nada que no hayamos visto en mil programas por el estilo. A última hora
de la tarde estoy bañándome en la playa de Lluanco. Intentando desprenderme
de golpe de todo el calor de Castilla. Mi hija me grita desde la orilla
con el móvil en la mano. Martín me pide que le consiga un "hachu" de los
de verdad. Resines comenta que le ofreció uno Alfonso, un barrenista de
Ujo del que se hizo amigo durante el rodaje. Mañana será otro día. Vuelvo
al agua.
Sábado 10 de julio.
A través de Jorge Rivero me pongo en contacto con Alfonso. Me acerco a Ujo.
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