Tengo
dos objeciones: no sé lo que es un diario de rodaje y no sé siquiera en
qué consiste un rodaje. Medias mentiras. Por lo menos no sé a que tipo
de diario de rodaje se refiere ni que tipo de seguimiento de un rodaje
precisa. Alicia Luna, coguionista de la película, salva las objeciones
en dos frases: "Te envío esta misma semana unos cuantos diarios. En cuanto
al rodaje, prefiero la visión que puede aportar una persona ajena al medio,
una visión desde fuera". Acepto con la boca pequeña, pero con el corazón
grande. Pour quoi pas? Yo miro desde fuera. No pertenezco a este ámbito.
No dependo de él. Conozco la historia desde el principio. Un diario de
rodaje versa sólo sobre el final de la historia. Empiezo.
Martes 1 de junio.
Por los retrasos de los aviones José Antonio Quirós llega en coche con
Martín Cabañas y Nacho Gutiérrez. Unas protestas relacionadas con la huelga
general de la minería de hoy los retiene más de la cuenta en León. Bajan
el Puertu Payares revisando las localizaciones y aportando soluciones
a los problemas que entraña rodar allí. Cayó un diluvio mientras comimos.
Tarde de repaso de localizaciones con la amenaza continua de la lluvia.
Al final, como siempre, la gran mojadura en el cementerio de Moreda. Van
tres en el mismo lugar, lo tenemos gafado. El plan de rodaje que tengo
en la mano no cuenta con que aquí, en junio, si no llueve orbaya. A Julio
Madurga le llaman la atención los cambios de luz a lo largo del día: cuando
sale el sol, pica; cuando se cubre, recuerda el oscurecer; cuando parece
que no llueve, el orbayu te cala hasta los huesos; cuando por fin llueve,
solemos estar en sitios como abajo del todo del cementerio y tenemos el
coche a doscientos metros cuesta arriba. Diferentes visiones de cómo es
un entierro, a las puertas de la iglesia de Bustiello. Se necesitan más
coronas. Se trata de un despliegue de ostentación, dice Quirós. Martín,
con la sonrisa del que ya lo ve venir, comenta a cómo está el precio de
la corona mortuoria. A multiplicar por las cuarenta que quiere Quirós.
Idéntico tira y afloja para las escenas que se desarrollan en Rioturbio
y Tres Amigos. Quirós pretende un importante despliegue de fuerzas de
seguridad. Me sé la historia por haber acompañado a Martín durante buena
parte de las negociaciones. Por eso sé que cuando calla no otorga. Sabe
lo que tiene. En estas ocasiones suele ser Nacho quien tercia desde una
visión posibilista.
Miércoles 2 de junio.
A la hora del café de después de comer, Nacho reflexiona sobre su función:
"Un ayudante de dirección es un mensajero de malas noticias. Alguien a
caballo entre producción y dirección". La sobremesa es entretenida. Se
nos hace tarde. Quedamos con todos a las seis y media en el hall del hotel.
A la hora convenida solo estamos Enma Penella y yo en el hall. Minutos
después nos acompaña Adriana Ozores. Tenemos a las siete recepción con
Gabino de Lorenzo. A las seis Pedro Costa llama pasando León. Vienen con
él Antonio Resines y Jesús Bonilla. Llegarán tarde. Mando a todos por
delante camino del Ayuntamiento. Pedro aparca a menos diez. Un minuto
a la habitación. Bueno, dos. A Resines le han dado una habitación ocupada.
Pasadas las siete tomamos un wisky con el alcalde. Los amantes de la fiesta,
Enma, Pedro y Resines, le felicitan por sus fotos de toros. Gabino, halagado,
se las regala. Pedro llega a proponerle hacer de fotofija en alguna película.
Vienen de Madrid y se incorporan a la cena los actores asturianos Fran
Sariego, Alfonso Vallejo y Eduardo Antuña, y los medios de comunicación.
Bonilla perfecciona durante la cena el ¡cagonmimantu! Resines no se queda
atrás en su vocabulario particular de cagamentos. De copas hasta las tantas.
Los últimos de Filipinas aún seguían cuando Ana y yo retiramos. Pedro
preguntaba a última hora por los índices de audiencia de La buena estrella
que habían pasado esta noche por La Primera.
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novela La aldea perdida, de Armando Palacio Valdés. La película puede verse.
A la novela le pesan los años. Todos de espicha. Javier Bauluz nos muestra
unas fotos increíbles de una serie que viene fotografiando sobre los últimos
años de la minería. Un comentario de Bonilla me hace gracia. Le gustó que,
siendo un actor cómico, le ofrecieran este papel serio. Hace de sindicalista.
No llegué a saber si se trataba de un sarcasmo o creía lo que decía. Adriana
queda con Ana y conmigo para llegar unos días antes del rodaje. Quiere saber
de la cuenca. Resines ejerció de estrella al alcance de la mano. Enma de
reina. Llama la atención a los medios que se confíe una película de esta
embergadura a un director novel. A Quirós le regalan los oídos cuando le
dicen lo joven que es y muestra una agilidad sorprendente para cambiar de
conversación cuando le preguntan los años. Se incorpora a una quinta de
cineastas que debutaron pasados los treinta: Gracia Querejeta, Julio Medem,
Santiago Segura, Javier Fesser... Una cuestión más que dilucidar en la rueda
de prensa y en los comentarios posteriores: se trata de un drama o de una
comedia. Cuando leí hace más de un año el primer guión entendí que era una
comedia. Algo que no vi tan claro tras comentarlo con Quirós. Algo que comprendí
menos tras hablarlo con Pedro. Pero que Martín, con su sorna habitual, definió
muy bien: Pedro pretende una comedia social con tintes amargos y Quirós
un drama amargo que roce lo cómico. Al final acabarán entendiéndose. Puede
resultar una comedia amarga estupenda.
Sábado 5 de junio.
Casting en Mieres. Se busca chica entrada en carnes pero no gorda, que no
se corte pero sin llegar a descarada, pequeñina pero no tapona, con dieciséis
años en la cara y veinte en el cuerpo. Hará de Covi en la película. Quirós,
Jorge Rivero y Rosa echan la mañana en el intento. Es difícil. Tiene toda
la traza de ser un personaje que nace de una fijación infantil. Vive en
la imaginación. Tiene el cuerpo de los ángeles con sexo.
Lunes 7 de junio.
Martín llama con necesidades de última hora: problemas con e l rodaje |