Arboleda bien plantada
2009 / 10 / 17 - El Comercio
La gran voz de la canción asturiana de la segunda mitad del siglo XX fue la de Diamantina Rodríguez. Lo sigue siendo. Acaba de cumplir este mes pasado 89 años. Se dio a conocer en las fases eliminatorias del primer concurso del Salón Babel. Alcanzó el segundo puesto a la edad de 28 años. Había comenzado a cantar tonada un año antes.
Esta misma semana el Ayuntamiento de Mieres acaba de ponerle su nombre al Centru d’Estudios de l’Asturianada, próximo a inaugurar. Se trata de un proyecto de espacio de recogida de documentación y de difusión del género más identificativo de la música asturiana. Un centro que, según su planteamiento de constitución, fomentará la educación vocal de los intérpretes de asturianada y potenciará el acercamiento de la juventud a este género.
Diamantina Rodríguez nació en Quirós el 14 de septiembre de 1920. Casada a la edad de quince años, se trasladó con su marido a vivir a Babia. La Guerra Civil estalló al poco de casarse. Una vez finalizada pasó primero a vivir el Ribera d’Arriba y, posteriormente, a Mieres del Camín, donde continúa residiendo.
Discípula de Cuchichi y Miranda, pronto se dejó influenciar por la voz de Josefina Fernández, su compañera de escenarios. La intensidad de su voz, su timbre característico y el amplísimo repertorio que incorporó la convirtieron en La voz de oro de la asturianada, como la definió el crítico Oscar Luis Tuñón.
En la segunda edición del Concurso de la Canción Asturiana consigue de nuevo el segundo premio, al ganarlo una jovencísima Veneranda Fernández. Para, en la tercera, la del año 1955, alzarse con el primer premio. Pero, sobre todo, su voz se hizo grande a través de un sin número de actuaciones por toda Asturias, acompañada en primer lugar por José Requejo y Carlitos Fernández Muñiz, y posteriormente dentro de las formaciones Asturias Canta y Así Canta Asturias, integradas por los grandes campeones del momento. Su éxito fue tal que, como una artista de primera fila de la época, participó en programas de televisión como “La casa de los Martínez”, el de mayor audiencia del momento.
La producción discográfica de Diamantina Rodríguez es enorme. Aparte de un buen número de singles, su primer LP, Gaita y voz en el triunfo de Asturias, acompañada por el gaitero José Remis Ovalle, fue todo un éxito. Allí se encuentran algunos de los grandes temas que la hicieron grande sobre los escenarios: “Caballu ar verde”, “Onde la ñublina posa” o “Soi asturianina”.
Dos años después grabará el disco clave de la época: El Cancionero de Torner en la voz de Diamantina Rodríguez. Sigue siendo una referencia. Incluye canciones dialogadas, acompañada por Agustín Argüelles, y al piano, por Carmen Vigil. Es un disco en el que todas las canciones son historia viva de la canción asturiana, desde su versión de “La Mariñana”, a tonadas como “A les andeches” o “Esta nueche atapeciendo”.
Después, en un corto espacio de tiempo, vinieron grabaciones como La verde Asturias y tres discos con el título genérico de Canciones Asturianas. Hasta que, en el año 1981, después de ocho años sin grabar, saca a la luz su útlimo trabajo: A las madres de los mineros, donde se incluye el que será su mayor éxito.
La importancia de todo este legado discográfico es fundamental para entender el fenómeno del cambio generacional que sigue teniendo lugar en estos momentos. Así se entiende que uno de los trabajos fundamentales de estos últimos años llevase el título de Anabel Santiago canta a Diamantina Rodríguez, un repaso en clave de modernidad de temas ya absolutamente clásicos. Con todo, el legado de su voz puede también rastrearse en el repertorio de voces como la de Mariluz Cristóbal Caunedo, Liliana Castañón, María Sánchez o Marisa Valle.
De ahí la especial importancia de que el nuevo Centru d’Estudios de l’Asturianada lleve el nombre de Diamantina Rodríguez. Se trata, sin duda, de una apuesta por el futuro de este género, en un momento en que una nueva generación toma el relevo y están renovando su repertorio, sin olvidar la importancia de los clásicos.
Este proyecto, en su inicio, quedará ubicado en el chalet del arquitecto Teodoro de Anasagasti, ubicado en el número 44 de la calle Numa Guihou. Para, posteriormente, ampliarse con el chalet anexo, obra del mismo arquitecto e igualmente protegido como bien de interés cultural.
Diamantina Rodríguez continúa en la memoria de todos los amantes de la canción asturiana con interpretaciones soberbias de temas como “Arboleda bien plantada”. Un tema que sigue siendo obligado en toda final de concurso de canción asturiana que se precie.