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El Coro Minero

2009 / 09 / 01 - La Nueva España

El Coro Minero

La banda de Bruce Springteen comenzó el concierto con “Desde Santurce a Bilbao”. Una manera de ganarse al público desde las primeras notas. Era en Bilbao. En Santiago de Compostela hizo lo mismo con “A Virxen de Guadalupe”. El público entregado. Una versión muy de ranchera mexicana. Como la que habían interpretado hace años The Chieftains. Cantada por Linda Rodstand y tocada por Los Lobos. Después, en Valladolid, hizo lo mismo con un pasodoble que puso a bailar a todo el mundo. El problema surgió en Benidorm. ¿Qué cantar puede ser típico de esta tierra? Lo encontró: el baile de “Los pajaritos”. El de María Jesús y su acordeón. Sigue actuando todas las noches. A lleno completo. Como una gran estrella del show bussines que termina sus días en Las Vegas. Una especie de Elvis Presley a la española. Bruce Sprigteen volvió a convertirla por una noche en la reina del rock and roll. La leyenda de Benidorm dice que, después del concierto, el boss se acercó al local donde toca María Jesús y tocaron juntos todo un repertorio de polkas y pasodobles. Nadie colgó las imágenes en You Tube porque entre el público asistente no había nadie que supiera qué era You Tube.

En el chigre de Dènia donde paramos canta en la barra un ochote improvisado. Lo hacen lo suficientemente mal como para animarse a unirse a ellos. Los cantares de toda la vida del repertorio de esta gente cocida de cerveza tienen poco que ver con los nuestros. Pero “Los pajaritos” es un himno internacional. De la categoría del “Asturias Patria Querida”. Un vecino de barra me pregunta que de dónde soy. Le digo que de Mieres. Me dedican un “Santa Bárbara bendita” atroz. La letra empieza con “En el pozu María Luisa” y sigue con la historia de no sé cuántos mineros muertos, de la camisa roja y la cabeza rota. Me dicen que, en este mismo chigre y en una noche de hace muchos años, la cantó la gente del Coro Minero de Turón. Por la edad de los intérpretes y lo mal que lo hacen, entiendo que debió de ser hace muchos años. Pero el recuerdo de aquella noche cantando con el Coro Minero de Turón fue lo más grande que les había sucedido en años. Como si hubiese estado con ellos el mismísimo Bruce Springteen cantando “Los pajaritos”.

Al final de sus giras mundiales, Bruce Springteen regresa a su pueblo. Lo cuenta en sus memorias. Baja al chigre de toda la vida y pide una cerveza. Le saluda el chigreru: ¡Hei, Bruce! con toda naturalidad. Es de casa. Allí no es ninguna estrella. Como la gente del Coro Minero de Turón.




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