"Hace veinte años flipé con Xuacu Amieva"
2009 / 08 / 22 - El Comercio
Pasa estos días en Asturies Hans Jurgen Leithner, programador austriaco de conciertos folk en los años ochenta y en la actualidad profesor de Economía y Sociología de la Escuela de Economía de Mistelbach, a unos treinta kilómetros de Viena. Buen momento para repasar el tiempo en que la música folk asturiana intentaba hacerse un hueco en el mercado de músicas de raíz en Europa.
Repasamos el cartel del Folk Festival de Hallein, del año 1989. El grupo asturiano Ubiña era cabeza de cartel al lado de formaciones míticas como The Chieftains y la Battlefield Band.
-Con la llegada de la fiebre celta aparecieron bandas irlandesas por todas partes. Todos querían ser irlandeses -me comenta mientras tomamos una botella de sidra en el pueblo de El Pedroso, en el Valle de Cuna.
Austria no se escapó de aquella fiebre celta, pero a un programador de festivales y organizador de giras de grupos como Hans Jurgen le gustaba visitar otras tierras y asistir a otros conciertos a la búsqueda de lo mejor y los más interesante de la esfera internacional.
-En el festival de Casale Monferrato tuve la oportunidad de escuchar a un grupo asturiano que se llamaba Ubiña. Fue en 1988. El gaitero me pareció impresionante. Flipé con Xuacu Amieva. Me pareció que aquella banda tenía un sonido muy personal. Estaba familiarizado con grupos gallegos donde también había gaita y un sonido muy personal. Pero al sentir a Ubiña me pareció que estaba delante de uno de los más grandes gaiteros de Europa.
Ubiña sacó un único disco y desapareció al poco tiempo. Por aquella formación pasaron, además del gaitero Xuacu Amieva, otros músicos importantes del ámbito del folk, como la voz de Marta Arbás, el acordeón de José Manuel López, la percusión de Pedro Pangua o la guitarra de Michael Lee Wolfe. Con Xuacu Amieva por su cuenta, estos músicos continuaron la búsqueda de un sonido propio con una formación como Xaréu, con la que editaron dos discos. Años más tarde, la voz de Marta Arbás, ya desde Madrid, se pudo escuchar en un grupo como Brenga Astur. Y Michael Lee Wolfe continúa hasta el presente con diferentes formaciones como Ástura, la Asturiana Mining Company o Anabel Santiago.
-No me interesó Ubiña como representantes de la música celta que por entonces sonaba por todas partes, sino como banda asturiana con una personalidad propia. En los últimos diez años no ha vuelto a sonar ningún grupo asturiano a nivel europeo. La imagen de España sigue siendo el flamenco y la música gitana. Su implantación fue impresionante. No dejó hueco para ninguna otra.
Hans Jurgen Leithner está en la actualidad bastante retirado de la organización de eventos folk. Pero sigue gustando de estas músicas del mundo y continúa puesto al día. Conoce otros gaiteros asturianos y otras formaciones con gaiteros. Pero le atrae la voz.
-Me parece muy interesante la manera particular de cantar de las voces de esta tierra. Ya en Ubiña llamaba poderosamente la atención la voz de Marta Arbás. Me resulta sorprendente que en Europa no se conozca la manera de cantar asturiana, que no exista una voz representativa.
Continuamos hablando del fenómeno de la música celta como una moda que tuvo su momento de gloria en los años ochenta y sus grupos ahora míticos. Le sorprende que en Asturies siga habiendo grupos que repitan aquellos esquemas. Le parece simpático el nombre del Festival Más o Menos Celta de Baiña. Le comento que los participantes en esta edición son: la Patriband Folk Orl.lestra, una bandina que hace un folk fresco cercano a la broma; la banda completa de Anabel Santiago, acercando la tonada asturiana al folk-rock; la nueva apuesta por un pop-folky del grupo Llangres; y los sonidos del rock radikal de Dixebra. Es fácil adivinar por sus comentarios anteriores hacia donde van sus preferencias.
Terminamos, además de con la sidra y les casadielles de El Pedroso, hablando de la música folk en tiempos de crisis. Sobre todo a partir del bajo nivel en la programación de grupos extranjeros en los festivales celtas que continúa habiendo en estas fechas de verano.
-La plataforma de las músicas del mundo sigue siendo Inglaterra. La crisis afecta allí menos a los músicos porque existe un tejido de lugares de todo tipo en los que tocar música en directo. Al tocar más, los conciertos son más baratos. Al ser más baratos, se programan más. Es un círculo muy interesante. Un modelo para otros países.