Leones de oro

2008 / 09 / 24 - La Nueva España

Me llamaron cobarde por el artículo de la semana pasada. Hablé de bandos. Hablé de Turón y Mieres y de Candás y Lluanco. Y podría haberlo hecho de La Magdalena, La Guía y San Roque, en Llanes. Pero que no lo hice de la guerra de bandos por excelencia: la del Valle de Cuna. Y ya están a punto “los mozos colos corderos al hombro”. El pregón es de Loli Olavarrieta. Este viernes. Es buen sitio para pregonar.

El Valle de Cuna se llama Valle de Cuna de siempre, menos para los de Cenera que llevan años queriendo que se llame Valle de Cuna y Cenera. Aunque Cenera no es ni siquiera parroquia. Pertenece a Gallegos. Pero los de Cenera siempre tuvieron el aquel de ser un poco más. Y como a los del Ayuntamiento en toponimia les da lo mismo ocho que ochenta, pusieron a la entrada del Valle un letrero que pone Valle de Cuna y Cenera. Como cuando el MOPU intentó poner el de Pajido en el pueblo de Paxío.

Las guerras tribales entre los pueblos son muy asturianas. Y son una base perfecta para presentar una candidatura al Premio Príncipe de Asturias. Nada de tonterías sentimentales: que si la solidaridad, que si el manteniento de las tradicionaes, que si la conservación del medio ambiente… No, nada de eso. La verdad pura y dura: nos llevamos mal; toda la vida nos llevamos mal; y tenemos intención de seguir llevándonos mal el resto de la vida. Esto es Asturies. Así es Asturies. Pero, a los pueblos no les gusta. Prefieren dar la imagen de valle idílico. Una imagen que no se cree nadie y menos el jurado. Algo tan tonto como que el Pleno de Mieres proponga para el Príncipe de Asturias al ganador del premio al Pueblo más Bonito. Si las bases del Príncipe de Asturias contemplaran dar un premio por Bonito ya hace tiempo que se lo hubieran dado a Lluanco. Claro que no por bonito, sino por el bonito. O a Candás. Que seguro que se enfadan si digo que el mejor bonito se come en Lluanco. Como les marañueles.

Que les den el premio al coro El León de Oro de Lluanco. Se fueron al festival Citta d’Arezzo, en Italia. Acaban de bajarse del avión. Arrasaron. Primer premio en folklore. Primer premio en romanticismo. Primer premio en música del siglo XX. Primer premio en obra obligada. Primer premio del público. Y, como no, gran premio del Festival. Son los mejores de Europa. Ya lo eran. Pero ahora lo revalidaron. El próximo año compiten a nivel mundial. Se lo merecen todo. Hasta que se enteren aquí en Asturies.