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El segundón

2008 / 08 / 13 - La Nueva España

El segundón

Los periódicos, como las bicicletas, son para el verano. En la silla de playa, entre baño y baño y cerveza y cerveza, da tiempo a leerlo entero. Esquelas y opiniones, incluso. Agosto es el momento más literario y menos periodístico del año. Se nota mucho en los ayuntamientos. El número uno del partido de la oposición marcha de vacaciones y queda el segundón. Se transforma en Iznogud, el personaje de cómic que quería ser califa en lugar del califa. No para. Tiene que hacerse notar. Aunque sea diciendo tontería tras tontería. Sabe que hay escasez de noticias. Se publica todo. Sólo pide salir en la foto.

Estando en Lluanco, ahora que va a empezar en tenis playa, queda más tiempo para todo. Nunca vi un partido de tenis en mi vida. Bueno, de fútbol tampoco. La final España-Alemania estuve incordiando en L’Academia de Mieres con un amigo que se apellida Alemany. Éramos la oposición. Creo recordar que al final perdimos.

Como España está de moda, celebramos el domingo en la Plaza Mayor de Xixón que en 1808 se intentó tirar a la dársena del puerto al cónsul francés. 43 músicos sobre el escenario. Yo narraba la historia y entre música y música de la época gritaba cosas como ¡Viva Fernando VII! y ¡Mueran los franceses! La gente se lo pasó bien. Bueno, los pocos turistas franceses presentes estaban un poco acojonaos.

Entre el público cantidad de gente de Mieres. Lo digo para que no se diga que siempre digo que están todos por Lluanco. Xixón es otra playa de Les Cuenques bien reputada. Lo que pasa es que, los de Mieres, menos en Mieres, están por todas partes. En verano es normal. Mieres es un desierto. Por eso vienen tan encantados a pasar unos días los niños saharahuis. Están como en casa.

El viernes también había resultado muy español. Paco Díez dio un concierto sobre el romancero sefardí en Villaviciosa. Como manda la tradición judeo-española lo celebramos con chorizos a la sidra, morcilla de Matachana y chuletines de gochu.

Vuelvo a la playa. Un helado de arroz con leche para ir y otro de chocolate noisette para volver. Por la tarde cambio, uno de crema catalana y otro de otro tipo de chocolate con tropiezos. Se nota que estoy a régimen. Abro el periódico en la arena. Esquelas y opiniones. Todo muy triste. En la parte cómica, vuelve a haber un comunicado del segundón. Se peinó para la foto. Así, nos reímos de lo que cuenta y lo hacemos en sus narices.




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