Blo

< P'atrás  |   P'alantre >


Del Carmen para acá

2008 / 07 / 23 - La Nueva España

Del Carmen para acá

Hace años, hablando con un veraneante de los de julio sí y agosto también, me di cuenta de que no conocía la isla del Carmen. A quinientos metros escasos de donde toma la sidra. Ni tan siquiera a la playa de Aramar o al Dique. Esta especie de turista de look náutico es typical norteño. En Portugal está documentado en Póvoa de Varcim. En Galicia asienta en San Xenxo. Por Laredo, antes de estropearlo, paraban los de Santander. Los del País Vasco, antes de tomar Llanes, se repartían por Plentzia o la Bella Easo, tan española.

El de Lluanco, como sus homólogos, viste look náutico con jersey anudado al cuello en previsión de que sople el nordés. No suele bajar a la playa, no monta en nada que flote, pero siempre lo encuentras paseando entre la Iglesia y La Ribera, con bajada obligada al Muelle. Lo más al interior que se acerca es a por una paella a Campanal, a por una mariscada al Robus o a invitar a un jefe o a un cuñado al Néstor.

En verdad, este turista parece de Mieres de siempre, donde todo el año se hace vida de terraza, se juega al golf de barra y se beben cacharros en vasu finu. Mieres es como Winbledon, Capri, Baden-Baden y pocos más. Un lujo que, mientras los otros lo explotan turísticamente, nosotros nos lo guardamos. Ni siquiera la mierense Elisa Llaneza, directora de turismo, lo pone en las guías del Paraíso Natural para que no se enteren fuera.

En fin, que El Carmen este año estuvo espléndido. El de La Villa de Mieres hasta la bandera. Una fiesta de pueblo grande en medio de una ciudad pequeñina. No se acuerdan en el Ayuntamiento, pero es la patrona. El de Lluanco a tope. El tiempo ayudó. El turista de look náutico vio venir los barquinos de la isla y se santiguó al paso de la Virgen. La comida campestre en la casa de los Pola estuvo hasta la bandera. Algún diputado de un partido que no van sus concejales, gente de Miami hablando spanglish, varios constructores y promotores y, más que nada, amigos compartiendo un vino y empanada de bonito.

El resto de la semana, criminal. En el Palacio de Valdecarzana de Avilés la exposición de escultura de Llonguera tuvo 3000 visitas el primer fin de semana. En la Semana Negra, sin comentarios. Más gente, imposible. Más cerveza, tampoco. El concurso de gaitas de Xixón hasta el roncón. La sidra estupenda. El agua de la playa de Lluanco a 22 grados. Por Mieres orbayaba.




<< Volver al llistáu