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Vota tú

2012 / 02 / 03 - La Nueva España

Vota tú

Como en el antiguo oeste: ¡nos veremos las caras, forastero! Se lo dicen los de la oposición al presidente. Lo de forastero es por vivir en Madrid. El forastero, claro, se ríe. Con la soberbia propia del asturiano. Soberbia crecida nada más atravesar el Negrón por una razón simple: todo asturiano que lleve una buena temporada fuera de Asturies se cree dotado del don de la infalibilidad para sentar cátedra sobre lo que Asturies necesita. Un asturiano hablando de Asturies desde Madrid cumple idéntica función urbi et orbe que el Papa de los cristianos hablando desde Roma a los cristianos de Nigeria sobre las bondades del no uso del preservativo. Es el Espíritu Santo en persona el que, en ambos casos, habla por sus bocas.

Claro que os veremos las caras, tendríamos que decirles nosotros a todos. Las mismas de hace seis meses volviendo a decirnos las mismas cosas que hace seis meses. Las mismas caras de los últimos veinte años intentando convencernos de que tienen algo nuevo que decirnos. Los mismos que perdieron intentando convencer a sus votantes de que ahora van a ganar. Entre las autonómica últimas y las de ahora tuvimos por el medio unas generales. Asturies es una caja de sorpresas. Bueno, una caja es Andalucía. Esto ye un cajina. Ganó el PP, como en buena parte del resto de España. Pero perdieron 67000 votos. Poco más del 35% de los votos. Nueve puntos menos que la media nacional. Y empatan con el PSOE, que pierde 143.000 votos largos. Su peor resultado en 34 años de elecciones en Asturies. El FAC de Cascos batió el récord de caída en picado. Perdió la mitad de sus votantes en seis meses. Más de 85.000, que se dice pronto. Sólo IX salvó los trastos. Tenían poco y aumentaron el doble. No se notó gran cosa. Pero, mira, ahí los tienes: un diputadín.

Y traigo estos datos a colación porque Asturies es un país cambiante. Tan pronto se acuesta de izquierdas como se levanta de derechas. Como antiguos aparceros de esta tierra que todavía creemos en caciques. Peor: que todavía creemos que los caciques hacen algo que no sea en su propio beneficio. Y, con todo, habrá gente que irá a votar. Porque es un derecho. Porque es un acto cívico. Porque es un deber ciudadano. En fin, todo eso que se les decía a los críos en el instituto en la asignatura de Educación para la Ciudadanía. Ahora pasará a llamarse Educación Cívica y les dirán las mismas tonterías. Cuando nosotros éramos pequeños se llamaba Formación del Espíritu Nacional y me la daban uno que está de presidente de algo en el PP, otro de jefe de no sé qué cosa en el PSOE y hablaban de las puntos de la falange en la que mandaba algo otro que ahora es un mandapoco del FAC. Sin comentarios. El 25 de marzo, por favor, no me despertéis. Vota tú, que a mí dame la risa.




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