Regreso a las raíces
2011 / 12 / 03 - El Comercio
Del año 1929 son los primeros registros sonoros de Obdulia Álvarez, La Busdonga. Con ellos se convertirá en la voz femenina por excelencia de la canción asturiana. Acompañada al piano por el compositor Baldomero Fernández, a la gaita por su hermano o a voz sola, sus tonadas crearán un estándar que llegará hasta nuestros días. De ese año son “Al pasar per el puertu”, “Atravesando pinares”, “Canción de arrieros”, “Llegué pa casa enfiláu” y “Pasé pel puertu Payares”.
Marisa Valle Roso, la voz femenina más laureada de estos últimos años, acaba de grabar un CD absolutamente clásico en su planteamiento: todas las tonadas beben de un registro grabado en la época de la pizarra y, más recientemente, del vinilo. Todas ellas tonadas de referencia. Todas ellas tonadas que, desde el más absoluto respeto, una voz grande como la suya es capaz de convertir en una pieza magnífica para escuchar en el presente. Una vez que ha sido grabada con los medios y los músicos del presente.
Hace tres años sorprendía su trabajo junto a su hermano Fernando Valle Roso, Un pasu más. Ahora, con De lo fondero l’alma, quiere dejar constancia que no pretende dejar fuera de la vista las raíces, lo que la convierte en una voz indiscutible dentro del panorama actual de la canción y lo que le permite, teniendo tan claras sus referencias al pasado, entrar con paso firme y decidido en la leyenda de la canción asturiana del futuro.
El CD se abre, por ello, con un clásico por excelencia, la versión al piano de “Al pasar per el puertu”. De aquella, La Busdonga cometía la osadía de dejarse acompañar de un pianista clásico. Marisa Valle, sin perder de vista en ningún momento el original, da otra vuelta de tuerca al modelo haciéndose acompañar de un pianista de jazz, Xaime Arias. Todos los entendidos en tonada seguirán sintiendo el clásico por excelencia. Los buenos entendidos, además, sabrán reconocer el esfuerzo de continuar fiel a la tradición sin olvidar el presente.
De la pizarra al vinilo. De La Busdonga a Diamantina Rodríguez. “Arboleda bien plantada”, original de esta maestra quirosana, quedó registrada en un single del año 1966 y en un LP de 1973, para acabar siendo una de las tonadas más repetidas a lo largo de los concursos y festivales por aquellas voces que quisieron y quieren hacerse un hueco en este mundo. Marisa Valle Roso, a capella, la borda.
Para volver en el tercer corte a La Busdonga, interpretando a la gaita, acompañada por Pablo Carrera, “Tienes casa, tienes horru”. Partiendo de la grabación de 1931. Para llegar a uno de los momentos mágicos del nuevo disco con su versión del “Clavel encarnáu” de El Presi. Con un guitarrista que para sí lo hubiese querido el propio José González, Rodrigo Sturm, y una delicadas percusiones a cargo de Estefanía Moro.
Sigue un repaso a piezas “ayeranes”, como “Al arbolito caído”, un tema en castellano de José Requejo, “Del Gumial”, de la que siempre contamos con la magnífica referencia de Ataulfo Lada Camblor, o el romance de “La paxarina”. Para alcanzar en su versión del “Soi de Pravia” otro de los momentos únicos del disco, homenajeando a la que durante mucho tiempo se consideró la primera tonada grabada en disco en 1909 por Ramón García Tuero, El Gaiteru Lliberdón.
En 1924, Joaquín Martínez, Xuacu’l de Sama, y en 1928, Manuel Alonso, El Panaderu, grabaron antes que La Busdonga “Aquellos güeyes”. Junto con la clásica versión de una jota aragonesa a cargo también de La Busdonga, “Anda y señálame un sitiu”, integran una versiones redondas en las que la voz de Marisa se complementa perfectamente con el piano y la gaita.
Para alcanzar otro de los momentos únicos del disco en su versión de la “Colombiana” de Orestes Menéndez, a partir de la versión que éste magnífico intérprete de tonada y de canción lírica había hecho sobre el original de 1931 del cantaor flamenco Pepe Marchena. La guitarra de Rodrigo Sturm vuelve a estar soberbia, al lado de una voz que es capaz de cambiar de registro y hacerse valorar con única dentro de la canción asturiana actual. La canción que consiguió poner de pie al Teatro Campoamor en la entrega de premios de su última edición.
El disco, con trece cortes, se cierra con “Si quieres que te cortexe”, a partir de la grabación de Botón de 1929, y “Hai una llinia trazada”, en la que queda de referencia las versiones de José Noriega y José Luis Fernández, El Ruiseñor de Llangréu. Broches de oro para un disco que surge en un momento perfecto de voz para Marisa Valle Roso y en un momento soberbio para la canción asturiana, el momento en que una nueva generación deja constancia de que su opción a dar el relevo es válida.
El tiempo dirá si estamos delante del mejor disco de tonada del nuevo siglo. Pero cuenta con todos los ingredientes como para serlo. Grabado sin prisas, con gusto, en un estudio como Tutu de Corvera, contando como ingeniero de sonido con Sergio Rodríguez, aprovechando los mejores momentos de voz y contando con la ayuda de los mejores músicos.
Este mismo mes de diciembre se presenta ante el público con un concierto en el Teatro de La Felguera. Quiere ser profeta en su tierra. Se sabe segura: lo hará a taquilla. Un cambio radical a que llevan los nuevos tiempos. Una clave más para comprobar que estamos delante de un trabajo único.