El AVE
2011 / 10 / 25 - La Nueva España
La Cuenca del Caudal está de enhorabuena. Gracias a Dios, como se decía antiguamente, o gracias a la Unión Europea, comos se dice ahora. La razón, sencilla: la línea del AVE no va a llegar a Xixón. Lo que, según la prensa, es un zarpazo para Cascos y una vergüenza para el resto de dirigentes políticos. Lo que evidencia, una vez más, la lógica de que si es malo para nuestros políticos es bueno para todos los ciudadanos. No hay perres para que el AVE vaya más allá de Campomanes. Perfecto. La ya de por sí bastante destrozada Cuenca del Caudal sale ganando. Libramos de que una vía de tren de alta velocidad destroce un poco más la vega de Lena, la ya inexistente vega de Uxo, los polígonos que quedan de lo que fue la vega de Mieres y lo poco que resta de Ablaña y Baiña. Tendríamos que declarar este día fiesta de la Montaña Central.
La razón es aplastante: nun hai perres. Pero, aunque las hubiera. ¿Qué ganamos los asturianos teniendo la estación del AVE en Xixón? Sencillamente tener que desplazarnos a una ciudad ya de por sí caótica, mal ordenada urbanísticamente y sobredimensionada. Yo tardo veinte minutos desde la salida de Mieres del Camín hasta la entrada de Xixón por la autovía minera. Y, desde ahí, dependiendo del día y de la hora, tardo entre veinte, treinta o cuarenta minutos, en llegar al centro, a la zona del ayuntamiento. Y ni cuento la película de intentar aparcar en un sitio que no sea un parking. La historia sirve para Avilés. Lo de Uviéu mejor no comentarlo. Los problemas propios de un pueblón al que las circunstancias acabaron convirtiendo en capital administrativa y no dejó por ello nunca de seguir siendo un pueblón. Lo mismo que Xixón, pero sin playa. Como Avilés, pero en este caso sin capital, sin playa y sin Niemeyer, al paso que van las cosas.
A ningún asturiano le resulta una incomodidad acercarse a Ranón a coger un avión. Ya estamos acostumbrados. El noventa por ciento de la población asturiana puede acceder a él en menos de cuarenta y cinco minutos. Con la estación del AVE en Campomanes ocurrirá lo mismo: ese mismo noventa por ciento estará a menos de treinta minutos. Y, como en el aeropuerto, sin problemas de aparcamiento. A lo dicho: lo que es malo para Cascos es bueno para Asturies. Y donde pone Cascos podéis poner Fernández, Espinosa, Llamazares, lo que os dé la gana. Y si no es bueno para Asturies nos da lo mismo. Es bueno para nosotros, para los que nos toca vivir en este sitio. Este es un día de gozo, que diría su santidad si fuera de Mieres. A todos los asturianos les va a tocar acercarse a les cuenques, aparcar su coche y esperar un tren. Hasta ahora lo único que hacían era pasar de largo.