La patronal

2011 / 09 / 26 - La Nueva España

James Rothschild, fundador de la banca Rothschild, fue una de las mayores fortunas del siglo XIX. Sus herederos, en buena medida, aún viven de las rentas de aquel predecesor en el mundo de las finanzas. El origen de su riqueza, bien estudiado en historia económica, se basó en tres principios: explotación de los recursos –comprando las materias primas a los precios más bajos-, explotación de los trabajadores –pagando a sus obreros a niveles de subsistencia- y explotación de sus beneficios –prestando dinero a intereses elevados-. Su lema sigue siendo una máxima de la economía: nunca nadie se hizo rico trabajando.

No es caso único. Muchos otros grandes imperios económicos tienen su origen en aquel tiempo. Otros desaparecieron. Es el caso de la familia Aguado, millonarios de su época de ascendencia sudamericana. Un ejemplo de que la riqueza siempre es relativa. Cuando James Rothschild supo que, tras su muerte, el millonario Aguado había dejado de herencia cuatro millones de dólares, exclamó sorprendido:

-¡Pobre Aguado! No pensaba que viviera con tantas apreturas.

Esta historia puede aplicarse a nuestra actual crisis económica. Claro que estamos mal, pero evidentemente nuestra manera de estar mal es muy relativa. Depende de con quién establezcamos la comparación. Este fin de semana estuve con un empresario hostelero que me contaba que la crisis era tremenda. Con todo, después de una buena comida y varias copas, me reconocía que las cosas no habían ido tan mal, pero que de cara al exterior era muy necesario seguir dando la imagen de que la crisis afectaba a todos. Sobre todo cuando toca negociar con la administración. Que es, en estos momentos, una especie de patronal del sector. De todos los sectores. Y la administración autonómica, como patronal que es, también nos cuenta todos los días que la crisis es tremenda.

De esta forma se crea una rueda. Todos tenemos una patronal a la que quejarnos. La patronal del camarero es el empresario, la patronal del empresario es la administración y la de la administración otra administración por encima. En diferente medida una de la otra, pero a la hora de elevar quejas la relación que se establece es la misma. Al patrono siempre le toca recibir las quejas y plantear recortes. Todo patrono siempre es en esencia un poco James Rothschild. Al final, la crisis, lo estamos viendo en Grecia, la acaban pagando los trabajadores. Como en España. Aunque la patronal/administración sea de izquierdas. Como en Asturies. Aunque la patronal/administración sea de derechas. Como en Mieres. Aunque la patronal/administración sea de más izquierda. La conclusión continúa siendo la misma: nunca nadie se hizo rico trabajando.