Camino de Londres

2011 / 10 / 08 - El Comercio

Siempre cuento la anécdota de cómo en un pub de moda del puerto deportivo de Denia escuché la letra de la danza “Salíi, moces a bailar” tamizada por los suaves acordes del pop. Era el lugar perfecto para escuchar indie. Pero me sorprendió gratamente sentir una melodía asturiana en medio de aquel sitio en el que lo último que se hace es escuchar la música. Inmediatamente tiré de teléfono y Ramón Lluis Bande (escritor del monográfico Xixón Sound) me puso al tanto de que se trataba del último trabajo que, entonces, habían publicado Nacho Vegas y Xel Pereda, bajo el nombre de Lucas 15.

Este año volvió a ocurrirme lo mismo. Volvía a tratarse de un sonido que podría enmarcarse en el indie, de arreglos intencionadamente simples y melodías que se te acaban incrustando en la cabeza a base de su reiteración. Reconocí la voz de unos videos que había encontrando tiempo atrás en YouTube y que me habían puesto sobre la pista del último trabajo, de aquella, de la asturiana Yolanda Camino.

Los muy atentos a la escena musical de finales de los años noventa recordarán la única grabación de una formación llamada Serena. Un grupo que tenía a Yolanda Camino como voz identificativa, junto a su hermano Nacho Camino al bajo y Alfredo Diego y Miguel Pardo a las guitarras.

Aquel primer y último trabajo discográfico pasó bastante desapercibido, a pesar de contar con la producción del exmiembro de Tequila Alejo Stivell, por cuyas manos ya habían pasado los mayores éxitos de Joaquín Sabina o los primeros de M-Clan, junto a un sorprende éxito del gaitero Carlos Núñez. El grupo hizo su apuesta por un pop comercial y la canción que mejor los representa es “La chica ideal”, que llegó a sonar en los principales programas de radio dedicados a este tipo de música. Pero su fórmula no cuajó y la compañía discográfica no siguió apostando por ellos, con lo que poco después el grupo desparecía. Hoy su disco sigue siendo una rareza valorada como pequeña joya de un tiempo en las páginas web de los fans del género.

La canción que escuché este año la localicé rápidamente a través de un app del teléfono móvil. Me dirigió al primer trabajo en solitario de Yolanda Camino, Espectadora, publicado el año pasado en Londres. Tenía referencias verbales de él a través de un miembro de su familia, pero tengo que reconocer que no le había seguido la pista. Y, después, con el paso del tiempo, me había olvidado completamente.

Me resultó infructuoso localizarla a través del Spotify, por lo que tuve que recurrir al MySpace, donde me encontré con temas como el que da título al disco, “Espectadora”, junto al que sonaba de música de fondo en el citado pub “Voy a quemar esta casa”. Posteriormente también encontré en YouTube un videoclip suyo sobre este tema.

Me sirve así este artículo, con un cierto retraso, para llamar la atención sobre este trabajo. Vuelve a ser pop de melodía simple y pegadiza, interpretado con delicadeza con una voz dulce y sugerente que te acaba embriagando. Una voz perfecta para sentir en el lugar donde pude escucharla por vez primera, pero que también me sirve ahora para transportarme a esos rincones llenos de música y de vida que sólo se transitan en verano.

Comentando este tema como una grata sorpresa con otro de los asiduos a la escena indie me dice que es sólo fruto de mi desconocimiento. Me dice que no se trata de una voz muy conocida en cuanto a popularidad, pero sí reconocida en el estrecho ámbito de estas músicas. Me sumo, pues, a ellos desde mi desconocimiento. Sirva esto como mi pequeño granito de arena, mientras sigo escuchando sus canciones de fondo y mientras mi cabeza regresa al lugar donde la escuché por vez primera.