Las músicas del mundo
2008 / 05 / 10 - El Comercio
Hasta finales del siglo XIX, la música de cada rincón del mundo no tenía mayor ámbito de difución y desarrollo que el de la propia comunidad que la creaba. Un hecho natural que venía dándose, con escasas variaciones, desde el origen de los tiempos. La soberana cantada a la Virgen del Alba, las cuartetas del ramu a la Virgen del Cébrano o los versos del romance de La Soraxuana no tenían más momento de expresión que aquel para el que fueron creadas –la fiesta de práu de las vírgenes de agosto o El Carmen-, ni más lugar que el propio en el que se llevaban a cabo –Quirós, Teberga o Mieres.
Pero, en el escaso margen de un cuarto de siglo todo esto cambiaría. El nacimiento de los medios de reproducción -cilindros de cera, gramófonos y tocadiscos- y de difusión de masas –radio-, convertirían a determinadas músicas folklóricas locales en músicas del mundo entero.
Los medios de comunicación y de reproducción iban a cambiar nuestra imagen del mundo. A partir de entonces el nombre de un gaitero que intervenía en París en la Feria Universal iba a ser conocido en todo el mundo y sus interpretaciones, al principio nada más que propias de una parroquia de una tierra del suroccidente europeo, se iban a convertir en universales.
Cuando Enrico Caruso graba sus napoletanas, Carlos Gardel sus tangos y el Gaiteru Llibardón sus asturianaes, sus intérpretes se convierten en grandes estrellas y su música se hace una moda popular escuchada en todos los rincones del mundo.
El flamenco moderno surge en los cafés cantantes de finales del siglo XIX, donde se muestra en público el carácter jondo de las reuniones familiares y juergas gitanas y andaluzas en general. El fado parte de las formas líricas tradicionales portuguesas influenciadas por las formas rítmicas importadas por los enmigrantes angoleños y brasileños. Desde las tabernas del barrio lisboeta de Alfama, el fado se difunde por la radio al mundo entero.
La napoletana es la manera de cantar de la ciudad de Nápoles. En el estilo impostado de sus cantores se considera que se encuentra el origen del canto operístico. Enrico Caruso las convierte en 1903 en el primer disco de oro de la historia de la música.
La rembétika nace en los años veinte del siglo XX en los cafés de emigrantes que pueblan las barriadas de las ciudades griegas. Estas canciones tristes comienzan a salir de los bares en la década de los treinta gracias a su difusión por la radio.
El término sean-nós, o balada irlandesa, significa “al estilo antiguo” y refiere al canto tradicional irlandés a capella, rico en ornamentación y cantado tanto en irlandés como en inglés. Su inluencia fue enorme en el folk inglés y americano actual.
La laughniya es el modelo de canción más extendido por todo el mundo árabe. Surge en Egipto a primeros de siglo XX del cruce entre la musica clásica occidental y la canción popular. La cantante Om Kalsoum, por la radio los primeros jueves de mes, congregaban una audiencia de cien millones de personas.
El raï nace del intento de recuperar el legado andalusí, acondicionado a una instrumentación más moderna. Aparece alrededor de la ciudad argelina de Orán, convertida en la pequeña París del norte de África.
El tango nace de la confuencia en el área del Río de la Plata de los bailes de los negros esclavos y los ritmos llegados de Europa por los inmigrantes. Carlos Gardel se convirtió en la primera gran estrella mediática de la canción.
El choro se considera el primer género criollo de Brasil. Aparace alrededor de Bahía, de la interpretació sincopada y melancólica de ritmos europeos como la polka y el vals, a los que se van sumenado otros enraizados en la América negra.
El samba surge de la música que acompañaban tradicionalmente los desfiles de carnaval, para acabar convirtiéndose de la mano de un gran número de compositores, en la principal seña de identidad en el mundo de la música de Brasil.
El son aparece en Santiago de Cuba y se extiende rápidamente a los barrios de La Habana por los movimientos migratorios que origina la industrialización. Con origen en el romance español, la influencia de los ritmos afrocaribeños, le dio su color.
El blues es la forma básica de música afroamericana del sur de los Estados Unidos a partir de la cual surgen toda una serie de variantes populares posteriores que llevan hasta el rock.
La enka aparece a finales del siglo XIX de la incorporación de las formas armónicas occidentales a la tradición japonesa del canto dramático. A lo largo del siglo XX fue evolucionando sin perder su propensión temática a las historias de desarraigo.
El ghazal, de la India y Pakistán, adquirió una enorme difusión gracias al cine, la radio y los discos. Sus décadas de explendor fueron las de los veinte y trienta, siendo en la actualidad gracias al cine la música de referencia de las comunidades indias y pakistaníes emigrantes.
La asturianada nace del encuentro entre las grandes voces de tonada de primeros de siglo XX y los compositores clásicos influenciados por el movimiento del nacionalismo musical. Continúa hasta el presente a través de una red propia de concursos y festivales.
La asturinada es el género más identificativo de nuestra música. Por más que las tonadas de El Gaiteru Lliberdón ya puedan ser consideradas estrictamente asturianadas –por tratarse de composiciones y de arreglos de autor-, se cumplen en este año el centenario de las primeras composiciones de Baldomero Fernández para las grandes voces de la época, Obdulia Álvarez, La Busdonga, y Ángel González, El Maragatu, las primeras asturianadas creadas con el espíritu de renovar el género y de desarrollar un modelo culto asturiano, híbrido entre la música culta y la popular.
Algunas de las músicas del mundo han tenido más suerte que otras en su difusión. Pero todas ellas comparten una fecha bastante similar de nacimiento.