La moto que tien Pachín
2011 / 07 / 23 - El Comercio
Puede sorprender que veintitantos años después siga llevando en el coche un disco con canciones como “La moto que tien Pachín”. Dos razones rápidas evidencian su presencia. La primera, que canciones como ésta son los bastante pegadizas como para que los críos de una nueva generación se enganchen a ellas. Y, como no, la segunda, que tampoco Asturies es una comunidad en la que productos de estas características, dedicados a un publico tan difícil como el infantil, se prodiguen.
Así, “La moto que tien Pachín” forma parte de la banda sonora de un largo viaje en coche un verano a finales de los ochenta por Italia, la antigua Yugoslavia, Austria, Alemania y Francia. Una banda sonora que, en un breve repaso, comparte con otras canciones del momento como “Ojalá que llueva café”, de Juan Luis Guerra, o “Like a prayer”, de Madonna.
Ahora que se celebran los 25 años de la formación de Xentiquina vuelve a pillarme de viaje, de nuevo en coche y de nuevo con gente en el coche que agradece estas canciones. Siento por ello no poder estar presente en el homenaje que se le hace a Nacho Fonseca, alma de este proyecto y la persona que lo ha conducido a lo largo de estos años. Me entero del evento por la edición digital de El Comercio y puedo escribir este artículo porque antes de partir un amigo (Marco Castañón, de Estudios Miler de Mieres) me hizo llegar un copia del nuevo CD antes de su distribución comercial.
Es la banda sonora de este verano de 2011. Las canciones de siempre en manos de intérpretes que, a lo largo de sus vidas, estas canciones también formaron parte de sus vidas. No en la medida, seguramente, de otras muchas influencias musicales. Pero sí con la suficiente presencia como para que las versiones, en conjunto, destilen un sentimiento de cariño impresionante.
Abre el disco la versión de “Duermi” a cargo de Losone, con su característico sonido intimista. Una canción que te introduce en la siguiente, a cago de Bueno. Su versión de “El canciu les mentires”. Una de mis preferidas después de tantas vueltas que lleva dadas el CD en tantos kilómetros de coche. Junto a “La serena” de Pauline en la Playa y “El Farol” de Art Decó. Un acierto situar estos cuatro temas en el arranque de las colaboraciones. Algo que seguramente habrá que agradecerle a Pablo Quiroga, responsable de Algamar Producciones, editora del proyecto.
A continuación siguen las versiones de “El vieyu gaiteru”, en las manos de los hermanos Tejedor, “Andolina”, con Tuenda, “Na granxa de Nel”, con Mezá y “La primavera”, de Llangres, en la que sentimos por vez primera la voz de Esther Fonseca, antigua componente de Xentiquina. Que vuelve a aparecer en el tema “L’iviernu”, acompañada a la flauta por su hermano Manu Fonseca y al piano por Emilio Huerta. Precedida por las versiones de “Llueve”, a cargo de Alfredo González y Hevia, y “El mio barcu”, con Anabel Santiago a la voz y Héctor Braga a la gaita rabil, jugando con la melodía de la película Capitanes intrépidos, de Víctor Fleming, con un impagable Spencer Tracy tocando el mismo instrumento. Un Héctor Braga que volverá un poco más tarde a hacer una versión de “A dormir”.
“La moto que tien Pachín” llega en la voz de Ramón Blanco, al frente de Los Berrones, con una versión que le devuelve sus ganas originarias de ser una canción para pasárselo bien. Un espíritu que también recuperan La Col.lá Propinde, para “Los gochinos”, y Skanda, para “Yera la princesa d’un país”, tras las propias del Pequeño Club Imposible, con “Marchóme la gata”, y Sr. Lobo, con “Yin”.
El fin de fiesta del disco, con los aires más radicales del rock, comienza con Perfumaos y su versión de “Bocadillu rock”, para continuar con la desenfadada “Una de mieu”, de Güerku, y la descomedida “El coche’l maestru”, de Skama la Rede. Los rockeros Sambre, con “Nun mos gusten les lenteyes”, y los bluseros SuperEula. con “El blues de les gafes”, dan paso al cierre del disco, que corre a cargo de los maestros del GAME con una versión de “Enguedeyu”.
La edición de este trabajo se completa con otro CD con las versiones de todas las canciones para ser cantadas en karaoke y con un DVD que da un repaso a la historia de estos 25 años de las diferentes formaciones de Seliquín-Xentiquina. Una historia que, al intervenir en ella el maestro Nacho Fonseca, es también buena parte de la historia del proceso de escolarización del asturianu en los colegios. Una historia en la que tuvo una especial importancia la existencia de las más de cien canciones compuestas por él e interpretadas por los componentes que, año tras año, iban cambiando y renovando el proyecto.
No es, pues, un trabajo recopilatorio para la nostalgia, sino para continuar utilizando en las escuelas. La puesta al día de un trabajo que siempre estuvo al día.