Canciones del otro lado
2011 / 07 / 16 - El Comercio
Voy a hablar de un coro del que apenas sé nada, pero del que tengo una historia que contar. La agrupación se llama Flor del Viento y es del pueblo de Cármenes, concejo leonés que, junto a Valdelugueros y Villamanín, forman las antiguas tres tercias de Arbolio y que se conocen actualmente como la comarca de Los Argüellos, limítrofe con los concejos de Ayer y L.lena.
Del coro me llega la noticia a través del número uno de la revista Arbolio. Guía Turística de la Montaña Central Leonesa, recién publicada este verano de 2011. Por ella me entero de la edición del CD Tonadas tradicionales de Los Argüellos, editado el pasado año. Un año de desconocimiento a este lado de la cordillera de un trabajo tan interesante como ésta viene a demostrar una vez más que las montañas antiguamente unían pero que en la actualidad separan. Lo de la unión sigue siendo cierto una vez que comprobamos el folklore musical a ambos lados de la cordillera. Pero la falta de relaciones entre la comarca de la Montaña Central Asturiana y la Montaña Central Leonesa hace que pase completamente desapercibido en nuestra tierra un trabajo que tiene mucha más relación con nuestra propia música de lo que por lo general creemos.
Hace más de diez años recorrí las comarcas de Luna, la Real Encartación del Curueño y Los Argüellos, todas limítrofes con Asturies, para un trabajo que posteriormente vio la luz como libro de viajes bajo el título L’Asturies Cismontana (Ediciones Ámbitu, 2003). Sigue tratándose de un territorio bastante desconocido para los asturianos en general, a pesar de su cercanía. La mayoría de sus pueblos están a menos de una hora del centro de Asturies, gracias a la comunicación por la autopista del Güerna, pero también la que se viene haciendo desde siempre por los puertos de Payares o San Isidro.
Supe del Coro Flor del Viento a través de una trilogía que recogía sus arreglos sobre los cantares populares de su tierra. Del año 2007 fue Cantos del Alto Curueño, al que siguió al año siguiente los Cantos del Alto Torío y se completó el trabajo un año después con los Cantos del Alto Bernesga. En estas tres entregas intervenía, junto a la citada agrupación coral, el Coro de Vagazana, también de León, para este recorrido por los cantares, los bailes, los titos, las jotas, los romances, las rondas y las tonadas, junto a algunas canciones de autor conocido, como el “Himno a la Virgen de Arbas”, de Basilio García.
Desde hace años recibo información de la Semana Cultural de Cármenes, que se lleva a cabo en el mes de agosto, y que es la más veterana de cuantas se celebran en León. Alrededor de esta Semana fue gestándose el coro, integrado por habitantes del lugar y asiduos veraneantes, ante la buena acogida que tuvieron sus primeros trabajos editados en formato casete con los títulos de Conciertos de los ríos de Arbolio y Conciertos de los montes de Arbolio. Ambos previos a la edición en 2004 de su primer CD-DVD grabado en el Auditorio Ciudad de León con acompañamiento de músicos profesionales.
Este acompañamiento musical volvió a repetirse en las grabaciones de la trilogía y acabó dando un sello de identidad a esta formación. La coordinación del proyecto estuvo a cargo de Ángel Fierro del Valle, por quien me entero de la edición de estas últimas Tonadas tradicionales de Los Argüellos a través del artículo que lleva su firma en la citada revista cultural. Del propio Ángel Fierro es buena parte del trabajo de recopilación, casa por casa y persona por persona, de este patrimonio musical que iba cayendo en el olvido.
La primera grabación, la del Curueño, está integrada por 18 temas, 11 rondas y 7 bailes, interpretados originalmente en lugares como Valdeteja, Valverde de Curueño, Tolibia, Cerulleda, Villaverde de la Cuerna, Llamazares, Redilluera, Arintero, Lugueros, Redipuertas y La Braña. La segunda, la del Torío, con 20 temas de los 17 pueblos de La Mediana de Los Argüellos, el concejo de Cármenes. Y, la última, la dedicada al Bernesga, con 20 canciones de pueblos como Casares, Cubillas de Arbas, Tonín o Millaró.
Tendré, pues, que acercarme en estos días de verano de nuevo por esas tierras para hacerme con este nuevo trabajo que, como los anteriores, seguramente merecerá la pena y, como se dice, “pagará el viaje”. Una pena, insisto, que a pesar de la cercanía las montañas continúen separándonos tanto. Aunque sólo geográficamente.