Memoria de una cuarto de siglo atrás
2011 / 05 / 07 - El Comercio
A primeros de los años ochenta resultaba difícil encontrar grabaciones de las voces de referencia de la canción asturiana. Muchos cantantes recuerdan que cantaban determinada tonada según la versión de uno de los clásicos, pero no teniendo de ella más referencia que haberla oído una vez por la radio o en una grabación de algún coleccionista.
En 1984, la Sociedad Fonográfica Asturiana editó un disco íntegramente dedicado a las canciones de los Cuatro Ases de la Canción Asturiana. Fue una verdadera revolución. Su éxito fue enorme desde el primer momento. A partir de ese momento las nuevas voces tenían a su disposición los cánones de los que todos hablaban. Y pocos conocían.
Dos años más tarde, la compañía discográfica vuelve a apuntarse un nuevo éxito, por partida triple: la edición de los recopilatorios del Gaiteru Llibardón, del Cuartetu Vocal Asturianu y de Xuacu’l de Sama. Un trabajo que, aún hoy, sigue siendo de verdadera referencia para todos los aficionados y que en su momento fue fundamental. El enorme despegue de la canción asturiana en estos últimos años tiene su base en aquellas grabaciones, un trabajo en el que tuvieron mucho que ver, además de los responsables de la compañía, cantantes y estudiosos como Luis Estrada y coleccionistas como Javier Díaz, más conocido como Javier d’Arroes.
Ese año, 1986, fue especialmente fecundo también en cuanto a la gaita asturiana. En primer lugar, el artesano Alberto Fernández Velasco recibe el Urogallo de Bronce del Centro Asturiano de Madrid como reconocimiento a sus trabajos de investigación que condujeron a uno de los modelos de gaita perfectamente temperada más cotizados.
Igualmente, se cumplen 25 años de la primera victoria asturiana en el Festival Intercéltico de Lorient, la del gaitero Xuacu Amieva. Por cierto, con una gaita del artesano Alberto Fernández Velasco. En el mismo año en el que se crea la Banda Gaites de Villaviciosa, dirigida por José Ángel Hevia, que también será con el tiempo una referencia dentro del ámbito de las gaitas.
En cuanto la tonada, además de las citadas grabaciones, tiene mucha trascendencia posterior la presentación del disco Canciones Asturianas de Baldomero Fernández, interpretadas por Joaquín Pixán, acompañado al piano por Amador Fernández Iglesias. También a cargo de la Sociedad Fonográfica Asturiana, lo que convierte al sello en una referencia obligada a la hora de hablar de la música asturiana de los últimos años.
También, a finales de ese año, el 3 de noviembre, muere en Mieres el cantador de tonada Silvino Argüelles. A partir del año siguiente viene celebrándose el Memorial en su honor y, en los últimos años, un jurado integrado por grandes voces, expertos en canción asturiana y periodistas musicales de diferentes medios de comunicación, deciden los nombres de las diez voces mejores del año, así como la del mejor gaitero acompañante de tonada. Un premio que, desde entonces, se ha convertido en uno de los más preciados por los intérpretes asturianos.
Ese año 1986 y el siguiente, son un punto de cita obligada, como puede fácilmente comprobarse, a la hora de hablar de la evolución de la música asturiana estos últimos años. No exclusivamente en los apartados de tonada y gaita, sino también en muchos otros, como en los del folk –nace el sello discográfico FonoAstur-, el rock -surge el grupo de rock radikal Dixebra- o la música clásica –con el citado trabajo sobre la figura más conocida del Nacionalismo Musical asturiano, Baldomero Fernández.