Chigres en San Xuan
2011 / 06 / 20 - La Nueva España
¿Se puede cruzar Dublín sin toparse con un pub? La respuesta es ¡sí! Titular de un artículo en la penúltima página de LA NUEVA ESPAÑA. La historia viene de antiguo. Hay miles de páginas en internet que debaten el profundo asunto. El enigma lo planteó el escritor James Joyce muy a primeros del siglo XX. A lo largo de estos últimos cien años muchos han planteado diferentes soluciones. Si se entiende por pub todo local en el que se sirven bebidas alcohólicas, la respuesta es siempre no, digan lo que digan. Idéntica respuesta que si nos la planteamos en nuestro Mieres del Camín. ¿Se puede cruzar Mieres sin toparse con un chigre? La respuesta es ¡no! Inténtalo. Por ejemplo: prueba a trazar una línea sin locales que expendan bebidas alcohólicas entre la salida de Mieres Sur y la salida de Mieres Norte. Más fácil: Intenta lo mismo entre una punta y otra de la calle Manuel Llaneza. O, lo que es lo mismo, de este a oeste. Nada. Ni de broma. Y la cosa viene de antiguo. Según el censo de locales de 1975, el concejo de Mieres contaba con más chigres que toda Noruega. Y por chigres se entiende bares, cafeterías, pubs, mesones, tascas, restaurantes… La estadística es devastadora. Y tiene relación directa con nuestra cultura. Y con la de Noruega, claro.
Además de formar parte de nuestra cultura, en momentos de fiesta como éste de San Xuan los chigres son una bendición. Hasta el punto de pensar que, de no haber fiesta, de no organizarse nada institucionalmente por la razón que sea, con los chigres, las terrazas de los chigres, los amigos en las terrazas de los chigres y la sensación de estar de fiesta, sería suficiente. Lo cierto es que, de no haber nada, nada de nada, sólo echaría de menos la foguera. Y eso sólo por los rescoldos. No por la parte institucional de la foguera, cántico incluido.
De hecho éste es el primer San Xuan que paso en Mieres en los últimos años. Siempre encuentro una buena disculpa para ir a celebrar San Juan, Sant Joan, Sâo Joâo, Sant Jean o Saint John o lo que sea y donde sea. El año pasado celebré Sant Joan y también alrededor de una foguera. Todos éramos extranjeros en la playa de la Almadrava, en el límite entre Alacant y Valéncia. Pero, alrededor de la foguera, todos pertenecíamos a una patria común. Después, como si de Mieres se tratara, acabamos de ronda por los chigres del contorno. Hablando de lo que tenemos en común. O sea, hablando de chigres. Del este de Gales, del norte de Alemania, del sur de Asturies, del norte de La Mancha, del centro de Holanda. Nuestras vidas son los chigres… que diría Jorge Manrique y se lo habrían censurado. Esta misma noche tengo que escoger entre el concierto de Andy y Lucas y los amigos en un chigre. No tengo ninguna duda.