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Voxpopulis

2011 / 03 / 17 - La Nueva España

Voxpopulis

Asturies es un sitio tan pequeño que, tres generaciones atrás, todos somos familia. Un sitio de dimensiones tan familiares que, a nuestros líderes políticos, como a los cantantes de tonada, los conocemos por su apodo. Un sitio tan mínimo en el que nadie pasa desapercibido. Si alguien la arma, en su pueblo todos saben por qué, en su concejo lo intuyen el cien por cien y en Asturies, por el aquel de la relación familiar extensa, más o menos.

Asturies es, hasta tal extremo, un sitio tan pequeño que resulta imposible ser anónimo. Ni siquiera en esta época de anónimos a través de internet. Wikileaks en Asturies suena a chiste. Aquí, en menos de veinticuatro horas, todos sabríamos quién se habría ido de la lengua. O del email. Cuando salió esto último de que un tal Voxpopulis había entrado de manera ilegal en la cuenta de la mierense Rosa Zapico, todos en Uviéu –que es su pueblo-, sabían de quién se trataba, incluido el ex jugador del Caudal Jaime Reinares. Que ya es decir.

Como no existe el anonimato yo siempre firmo lo que escribo. Sino lo hiciera todos sabrían, igualmente, que lo había escrito yo. Y no porque la técnica nos permita entrar en la cuenta de quién sea o rastrear un anónimo vulgar. Sino porque, también, en el chigre, a la hora del cafetín, del vinín, del vermutín, de la sidrina, del cacharrín o de lo que caiga, el anónimo te casca que fue él el del anónimo y tú se lo cuentas al de al lado y el lado a los que tiene al lado y cada uno en casa y los de casa fuera y al día siguiente todo es de todos. Bueno, menos de la policía o los jueces que, por ser de fuera o por vivir en otra galaxia –o por hacerse como que son de fuera o como que viven en otra galaxia-, no se enteran. Seleccionar 54 correos electrónicos entre casi 2000 lo hace a estas alturas cualquier guaje de diversificación con un módulo de informática. Aunque el también mierense Alfredo Carreño, secretario general de los socialistas ovetenses, piense lo contrario.

Este domingo pasado salía del Filarmónica cuando vi de lejos a Voxpopulis. Hacía tiempo que no lo veía. Tiene algún kilo de más y un poco menos de pelo, pero sigue siendo el mismo de siempre. Los años no pasan en balde. La prensa del día decía que lo seguían buscando. Como yo llevaba prisa, no me paré a saludarlo. Me hizo gracia lo tranquilo que iba. Igual no sabe siquiera que lo están buscando. Igual ha sido él mismo el que ha hecho correr el rumor de que lo estaban buscando. Eso es fácil. No es necesario ni publicarlo en el twiter. Basta con comentarlo a los amigos con el cruasán de la mañana. Al pinchu del mediodía ya lo sabe medio pueblo. El otro medio lo intuye. A la noche ya es del dominio público. Bueno, menos del los de siempre. Son los inconvenientes de venir de otra galaxia.




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