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Una larga tradición de cancioneros

2011 / 02 / 19 - El Comercio

Una larga tradición de cancioneros

Se cumplen 125 años de la publicación del primer cancionero asturiano, titulado Todo por Asturias, de Rufino G. Nuevo y Miranda. Bajo las letras decorativas del título en la portada un subtítulo suficientemente explicativo de su contenido: Primer Capricho Pot-pourrístico sobre Cantos populares de Asturias compuesto para piano.

Por más que haya pasado un siglo y cuarto, seguimos manteniendo en nuestro repertorio de cantares populares algunas de las que integran este cancionero: la tonada “Soi de Pravia”, la primera versión de “Xilguerín parleru” (aunque en ella aún no aparezca el xilguerín que posteriormente la hará famosa), el baile “Sal a bailar buena moza” y algunas más. Dos años más tarde editaba la segunda parte de este cancionero y en ella encontramos desde la popularísima “Villaviciosa hermosa” hasta la tonada “Como te va”.

Desde entonces, la música asturiana puede estudiarse a través de sus cancioneros, por más que todos ellos respondan a tipología diferente. Así, de acuerdo con la moda de la época, tenemos desde caprichos para voz y piano sobre temas populares, hasta composiciones de autor y trascripciones exactas de melodías tradicionales.

Hace un par de semanas dedicaba un artículo al disco Album de canciones, del profesor Manuel Fernández Avello, y comentaba que se trataba del complemento a un cancionero próximo a publicarse en el que se encontrarían piezas para voz y piano junto a otras corales. Una obra más que refuerza este constante goteo de cancioneros que desde finales del siglo XIX se viene produciendo.

En esta ocasión celebro la publicación del Cancioneru coral, del profesor Vicente J. Sánchez, segunda parte de Lírica d’ayeri y de güei, un trabajo que había iniciado hace unos años y que tiene el propósito de complementarse con una tercera parte. El primero de los trabajos estaba integrado por treinta nuevas composiciones, sobre obras de poetas asturianos, y el segundo lo forman quince armonizaciones corales, siete de ellas sobre temas populares del folklore, seis de ellas a partir de las musicadas en el cancionero anterior y dos composiciones propias íntegramente.

El propósito de esta edición, manifiesta en su introducción, es el de “paliar el importante déficit de armonizaciones corales con letras en lengua asturiana que viene arrastrando desde siempre Asturias”. Más adelante comenta el origen de este déficit: “La castellanización de las letras populares (causa, por otra parte, de posbles modificaciones parciales de las melodías para adecuarlas a las letras) está en la base explicativa del escaso número de obras corales en lengua asturiana existentes, al haber sido los cancioneros la principal fuente documental de los compositores corales. La mayoría de músicos recopiladores de canciones populares no eran bableparlantes y estaban influenciados por los prejuicios sociales de la época respecto a la lengua asturiana, En este contexto es comprensible la casi generalizada traducción total o parcial de las letras al castellano”.

El profesor Vicente J. Sánchez tiene muchos años de experiencia detrás en la dirección de coros. En 1974 fue cofundador de la Federación Coral Asturiana (FECORA), fundador y director del Orfeón Santa Cecilia de Caborana y director del Orfeón de Mieres desde 1999.

En libro se abre con la armonización para voces mixtas del poema “La gaita”, de Pablo Ardisana, contiene un “Canto a Mieres” de composición propia, hace un guiño al importante legado de la poesía en gallego-asturiano con “Lonxe d’aquí”, de Conrado Villar Loza, y lo cierra con tres armonizaciones para voces graves, apartado donde el déficit apuntado por el autor es mayor.

Algunos de estos temas empezamos a sentirlos en las voces del Orfeón de Mieres. Pero, sin duda, pronto formará parte del repertorio de muchas otras formaciones, necesitadas de obra nueva, buen material e, igualmente, del valor añadido de la lengua asturiana como seña de identidad.




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