Blo

< P'atrás  |   P'alantre >


Trigo, maíz, centeno... Skanda

2010 / 10 / 23 - El Comercio

Trigo, maíz, centeno... Skanda

Nos daba un ejemplo muy bueno el cura de Teberga cuando de pequeños nos explicaba el misterio de la Santísima Trinidad. Cogía la sotana entre las manos y trazaba entre los dedos tres pliegues: “Veis, niños: tres pliegues distintos y una sola sotana verdadera”. Entenderán el ejemplo los que recuerden o tengan al día el catecismo.

Ocurre lo mismo con los cerales. Tenemos trigo, maíz, centeno, escanda, arroz, mijo, sorgo, avena… todos ellos bien distintos, con sus características y sus propiedades diferenciales; pero, al final, nunca dejan de ser cereales.

Esa es la grandeza del rock. Su nombre refiere a un género que se popularizó a finales de los años 50 del siglo XX y, a su vez, da nombre a cada uno de los géneros musicales que derivan de él. Son todos distintos, pero siempre acaban remitiendo a aquel rock and roll verdadero.

Un buen ejemplo lo tenemos en el último trabajo editado por la banda Skanda. El propio título nos da pistas sobre qué nos vamos a encontrar en él: Folk and Roll Circus. Tiene del Folk sus raíces melódicas asturianas, todas ellas tamizadas por la voz y la instrumentación propias del Roll. Todo ello pasado por el directo, terreno en el que se aúnan las diferentes tradiciones de los miembros del grupo y que los hace sonar unas veces a Uriah Heep en Salisbury y otras a la Oyster Band en Deserters, unas veces a hijos adoptivos de Dixebra y otras a miembros de “The Free Mexican Airforce”, del histórico encuentro de Flaco Jiménez con sus Flaco’s Amigos. Pero siendo siempre, por encima de todo, un grupo asturiano que suena a Asturies, que suena fuerte y que suena bien.

El próximo año cumplen quince de andadura. Con cinco discos editados con una periodicidad metódica: 1998, 2001, 2004, 2007 y 2010. Sigue habiendo mucho de aquel primer disco, que llevó por título el propio nombre del grupo, en éste editado este año. Quedan Marco Castañón, Xuan Oliva y la voz reconocible de Pepe Fueyo.

Después vino una producción de Paco Loco que llevó por título Mecigaya, herencia de una canción de su disco anterior, “Mecigaya suite”, en el que aparecieron unas “Vaqueiras” que entraron en el recopilatorio de la revista Interfolk de tirada nacional. Un disco que incluyó un manifiesto de su actitud musical, al que siguen siendo fieles: “El futuru tá nel mestizaxe de races y cultures”.

Tres años más tarde apareció Sangre de ochobre, que incluía la canción del mismo título, nominada a los premios de la música de la SGAE. Su carta de presentación de una línea más combativa, que continuarían en sus trabajos posteriores y que acabaría convirtiéndose igualmente en una seña de identidad del grupo.

El cuarto trabajo se llamó así, El Cuartu, sin más complicaciones. Con letras mucho más contundentes e implicadas en la realidad de Les Cuenques, como “Térmica, termicae”. Con todo, acabó siendo una balada, “Na mio barca”, la que terminó siendo nominada al Premiu al Meyor Cantar n’Asturianu y, en general, la más reconocible del disco.

Después de un largo peregrinaje por diferentes editoriales asturianas –del que podrían contar una larga historia, como tantos otros grupos asturianos-, Folk and Roll Circus es su primer trabajo autoproducido. Es su marca de resistencia, su sello personal de aún seguimos aquí. Ha ido perdiendo por el camino un buen puñado de raíces folk, por más que las reivindiquen en el propio título del disco, y han ganado en la contundencia que da llevar tanto tiempo juntos y pisando tan variados escenarios.

Siempre es recomendable comprar el disco. Pero en el caso de Skanda es bastante más recomendable oírlos en directo (sobre todo en tiempos de crisis como estos, cuando tanto escasean las actuaciones de todos los grupos).




<< Volver al llistáu