Regreso a Mieres del Camín
2010 / 08 / 24 - La Nueva España
Estoy de vuelta del Camín. Con el alma henchida de gozo. Con la fe renovada. Y con todos los pecados perdonados. Fue una pena que la inspección de Hacienda la haya pasado a primeros de año. Si llega a ser ahora, entre la documentación requerida incorporo la Compostela. A pie y en año santo, es indulgencia plenaria. Y eso que yo lo hice calzado, que había quien lo hizo descalzo. Seguro que porque tendría más pecados que expiar que yo.
Lo que más me gustó fue el Camín como producto de marketing turístico. La media de entrada en Santiago de peregrinos a pie había bajado un poco con respecto a julio, de algo más de dos mil a unos mil setecientos. Y sólo cuentan a los que van a recoger la Compostela, que alguno como yo, viendo la cola que había, preferí ir a celebrarlo tomando un vino en el Gato Negro y después una tapa en el 42. Para reponer fuerzas. Pero, ese trasiego de gente genera a lo largo de los pueblos del Camín un movimiento económico impresionante. No hay pueblo, por mínimo que sea, que no tenga bar y tienda. Además de albergue oficial, albergues privados, casas rurales, pensiones, posadas, hoteles, pazos, balnearios y spas. Para todo tipo de fe y todo clase de presupuesto. Desmantelando una mentira: el peregrino no gasta.
Encontré gente que venía haciendo el Camín del Norte, por la costa, y el Camín Primitivu, desde Uviéu. El comentario era generalizado: los caminos están perfectamente señalizados y cuentan con infraestructuras suficientes a lo largo del Camín Francés. El de la costa esta señalizado por el País Vasco, algo menos por Cantabria y no hay nadie que no se haya perdido por los de Asturies. Los foros, los blogs y las páginas webs están llenos de comentarios desastrosos sobre los nuestros. El boca a boca funciona en el Camín mejor que ningún medio de comunicación y todos hacían chistes sobre el laberinto y la tomadura de pelo de atravesar Asturies. Por Mieres pasa el Camín del Salvador, entre León y Uviéu. El folleto que se consigue en las oficinas de turismo es bueno. Mejor seguirlo para no perderse. Lo edita el Consorcio para el Desarrollo de la Montaña Central de Asturias. Siguen insistiendo en hacernos comulgar con la rueda de molín del topónimo ficción Montaña Central. Me imagino a los Picos d’Europa llamándolos Montaña Oriental. O Zona de Playas a Llanes.
En fin, vuelvo a Santiago. Si a todos los de a pie les sumas los en coche, moto, autobús, avión o barco, la estimación se acerca a los ocho millones. Multiplícalo por alojamiento, desayuno, comida, cena y compras. Estamos hablando de muches perres. Y de una vida cultural que para sí quisieran los de la candidatura de Uviéu, los de la Laboral de Xixón y los del Niemeyer de Avilés. Si se dejaran, por lo menos, de tirar los trastos a la cabeza entre ellos.