El rosario de la aurora
2010 / 07 / 21 - La Nueva España
Unos dicen que en Sevilla y otros que en Cádiz. Donde quiera que fuese, existió a finales del siglo XIX la Cofradía de la Aurora que tenía por hábito rezar el rosario por las calles a eso de las cinco de la mañana antes de que rayara el alba. Había varias y competían entre ellas en devoción, en número de fieles y en la duración de su rosario. Hasta que un día, ampliando su territorio callejero de rezos, dos de ellas se cruzaron en una calle estrecha. Que si paso yo primero, que si tu no tienes que pasar por aquí, que si yo tengo más devoción, que si mis motivos son más píos que los tuyos, que si yo rezo más alto… acabaron como suelen acabar estas cosas y que, desde entonces, se llama acabar como el rosario de la aurora.
Las procesiones de las cofradías del PP de Asturias por la prensa va camino de acabar ídem. La última es genial. Firmas del comunicado del Comité Electoral. 15 de julio. En primera fila, por debajo de la del Presi, aparece la de un tal Bilaboa Gutiérrez. 16 de julio. Comunicado de ratificación de lo dicho el día anterior. Menos uno que no aparece. Y procesionando por los medios de un tal Vilaboa García diciendo que le falsificaron su firma. Lo que, evidentemente, no es cierto: él se apellida Vilaboa García y el que firmaba el día anterior era Bilaboa Gutiérrez. Que todo el mundo sabe que se trata del mismo fulano. Pero haber quién es el que logra demostrarlo. En resumen: un espectáculo. Menuda semanita.
Un espectáculo que continúa en Les Cuenques. Llangréu y Mieres siguen siendo dos repúblicas casi independientes. Como Kosovo y Serbia. Un dato más de esta semana vuelve a evidenciarlo. Los de la Cofradía de la Aurora de Llangréu son fieles de San Francisco. San Paco para los amigos. Los de Mieres, devotos de Nuestra Señora del Pilar y cofrades, como corresponde a esta Cuenca del Caudal, de los Santos Mártires, San Ovidio y San Gabino. Los de Llangréu van a seguir postando por el santo de su devoción, como patrimonio del pasado heróico. Los de Mieres prefieren mirar para otro lado. Unos, los más creyentes, dicen que hacia el futuro. Otros, los más agnósticos, piensan que simplemente hacia otro lado. Son más precavidos. Ya les tocó este año pasar por un calvario.
Mientras el tiempo pasa, alrededor de Paco se sigue organizando un Cuerpo de Jenízaros, nombre que recibían en Turquía las huestes integradas por cristianos que defendían al Sultán. Cristianos conversos, mudados, renegados, perjuros, infieles, expulsados, destituidos, desalojados y también, por supuesto, no adscritos. Cristianos que ya no contaban nada dentro del orbe de la cristiandad, pero que seguían haciendo daño con su defensa acérrima del Sultán. La historia, que se repite. Como la morcilla, que decía Ángel González.