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Las treinta mil canciones de El Mochuelo

2010 / 07 / 10 - El Comercio

Las treinta mil canciones de El Mochuelo

Hace unos meses la cantaora de flamenco y copla Diana Navarro comentaba a los medios de comunicación que en su próximo disco tenía intención de grabar una praviana. La noticia sorprendió a bastante gente en Asturies, pero no dentro del ámbito del flamenco donde las pravianas son un género no muy extendido pero en el que dejaron su impronta muchos de los grandes intérpretes. En el apartado de noticias de su página web (www.diananavarro.org/noticias) comenta que “en el próximo disco estamos investigando en un cante que se llama La Praviana y que viene de Asturias. Un cante que hacía el genial Niño de la Rosa Fina de Casares y que decía: Soy de Pravia, soy de Pravia / y mi madre es una praviana / y como no voy a ser de Pravia / si mi madre es asturiana”.

El origen de la mayor parte de estos géneros importados, como la praviana, la asturiana, la carreña, la farruca o el garrotín, se encuentra a finales del siglo XIX y primeros del XX. Y, aunque existen muchas versiones de todos ellos en muchas voces, la mayor parte de las primeras grabaciones de estas canciones corrieron de la mano del cantaor Antonio Pozo El Mochuelo.

Hace unos diez años, la colección Voces Históricas del Flamenco, de Sonifolk, sorprendía con la recuperación de la figura de este cantaor, una de las figuras de mayor popularidad en la historia del flamenco. Entre las dieciocho canciones que incluía el disco se encontraba la tonada tradicional asturiana “De Santander a Xixón”. La primera estrofa, en empleando castellano y asturiano, dice: “De Santander a Gijón / tiene hermosa carretera / pero en llegando a Xixón / echa sidra tabernera”. Aprovechando el solo de guitarra antes de la siguiente estrofa, comenta de viva voz: “¡Viva Asturias! He cogido un par de botellitas de sidra champanada”. Y continúa con: “Soy de Cangues, soy de Llanes / soy de Mieres del Camino / soy de la Pola de Lena / y en Villaviciosa vivo”. Para concluir con la coda, habitual en otras tonadas de la época: “Como es tanta la violencia / que tiene el ferrocarril / en hora y media me pongo / de Xixón al Carbayín”.

Antonio Pozo El Mochuelo nació en Sevilla en 1868 y desde bien niño comenzó a cantar en el café de San Agustín, en la Puerta de Carmona, cobrando un duro diario. Después de pasar por el Café de Silverio, otro de los grandes templos del flamenco, salió de gira por toda Andalucía con el propio Silverio y la comparsa gaditana las Viejas Ricas.

Ya no paró. Tras su triunfo en el Madrid de finales de siglo XIX, se le encuentra cantando en el Café Madrid de Uviéu, desde el 11 de julio al 14 de agosto de 1902, junto al guitarrista Manuel López y una bailarina hija de éste. Cerca de la capital asturiana asistió a una fiesta privada del politico gaditano Segismundo Moret, de la que recordaba El Mochuelo: «Acabada la comida voy yo y salgo con aquello de Soy de Langreo, soy langreano. Yo decía “soy” con mi “ese” de sevillano y va y dice Moret: “Ese no es asturiano”. Con que va y me pregunta: “¿Tu de dónde eres?” “De Sevilla”. “¡Ya lo decía yo!” Así se fue animando la fiesta y todos alegrándonos».

Una de las causas que más contribuyeron a la fama de El Mochuelo fueron sus grabaciones en cilindros de cera y, posteriormente, en discos de pizarra. Cada grabación en cilindro de cera es única, con lo que para que una canción pudiese ser comercializada con un una cantidad determinada de copias tenía que ser grabada una vez por copia. Con lo que se daba la circunstancia de que cada copia de la canción es en verdad un original de ella.

El 21 de noviembre de 1901 en la revista Alrededor del mundo se decía que su voz “es la que mejor recoge el fonógrafo y sin duda por esto lleva ya impresionados Antonio Pozo más de ¡treinta mil cilindros!”.




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