Roll over Cholo
2010 / 06 / 26 - El Comercio
En el verano de 1956 la canción Roll over Beethoven llegaba al puesto 29 de las listas americanas. Chuck Berry tuvo tal éxito con ella -continuación del que había logrado con “Maybelene”-, que se marchó de gira al año siguiente con los Everly Brothers y Buddy Holly, las grandes estrellas de la música del momento.
Dos años más tarde Berry tuvo problemas con la justicia. Contrató a una india apache menor de edad en México para trabajar en el club Bandstand, de su propiedad, en Saint Louis. La policía arrestó a la muchacha bajo la acusación de prostitución y a Chuck Berry lo acusaron de trata de blancas. Le cayó una multa de cinco mil dólares y cinco años de prisión. Salió un poco antes, en 1963.
En el tiempo que pasó en la cárcel, el movimiento que él había ayudado a crear con los sonidos de su guitarra, ya había invadido el mundo occidental. De hecho, en un lugar tan apartado del centro del imperio como podrían ser las cuencas mineras asturianas, Los Juvacho’s llevaban tiempo dando guerra con sus guitarras eléctricas y sus sonidos amplificados.
Al frente de la formación estaba Cholo. Estos días, unos cuantos de años más tarde, acaba de presentar su último trabajo bajo el título Soy un tipo con suerte, un CD con doce canciones y un DVD con su faceta de monologuista y contador de chistes. Cincuenta años de música desfilan por él. Se llama en verdad Avelino Gutiérrez Fernández, como a él le gusta recordar en sus actuaciones, mentando siempre sus “apellidos polacos”. En la cuenca del Nalón que lo vio nacer, estos días atrás se organizó un concierto homenaje. Pero todo el público asistente comentó a la salida que estaba ante alguien que todavía tiene cuerda para rato. A los viejos rockeros les cuesta dejar los escenarios. Es una forma de vida. Es una droga que te mantiene en pie.
El primer rock and roll tiene infinidad de estudios. Los grandes de la época cuentan con un sinfín de biografías y reediciones continuas de sus obras. Pero la periferia del rock and roll sigue teniendo lagunas. En el caso de Asturies cubiertas en buena medida gracias a los trabajos puntuales hechos sobre determinadas comarcas, como Avilés y Xixón, o sobre algunos de los movimientos que mayor difusión alcanzaron, como fue el caso del Xixón Sound.
Pero, en casos como el nuestro, la historia de la música de los últimos años, la propia del rock and roll local y de todos los movimientos que confluyeron en él, como el pop, el folk, la canción de autor o la canción ligera, podría contarse a partir de la biografía de un músico y cantante como Cholo Juvacho.
Nombres como Los Juvachos, Stukas, Los Archiduques, los Blue Star… tuvieron que ver en su trayectoria. Pero, también, la música del mundo, que acababa llegando aquí y siendo versionada. Soy un tipo con suerte repasa todo aquel panorama y nos lo devuelve, desde temas originales de Pepín Robles a superventas como Joaquín Sabina, canciones de siempre de Alberto Cortez, Joan Baptista Humet y Nicola di Bari, a clásicos impagables como “Candilejas”, de Charles Chaplin.
Este doble trabajo puede sonar a regreso. Pero lo cierto es que Cholo Juvacho nunca se ha ido. Una estrella de los tiempos de Chuck Berry y un personaje de una humanidad tremenda que sigue disfrutando sobre un escenario y haciendo disfrutar a cuantos tienen el placer de escucharlo.