Fusión en La Caleya
2010 / 05 / 01 - El Comercio
Hace tres semanas me acerqué a las fiestas de La Flor de Pola L.lena. Un error en el que insisto cada dos años y me sirve para coger una bronquitis de primavera. Con la humedad propia de estas fechas y las pocas ganas de bailar por la cantidad de ropa que se lleva encima, el concierto de presentación del grupo TrueQuedart comenzó a las diez de la noche en el barrio de La Caleya, casco histórico de la villa.
Poco antes había tenido lugar un concierto de Anabel Santiago, acompañada por Héctor Braga. No llegué a tiempo para verlos. Pero, sin duda, una propuesta bastante alejada de lo que iba a venir a continuación. Todos, en conjunto, músicos y voces asturianas, con muchos años de trabajo detrás y con propuestas muy diferentes a la hora de afrontar el futuro.
De Anabel Santiago y de Héctor Braga, cada uno por su lado y, por otra parte, también juntos, tendré tiempo de hablar en otro momento porque están a punto de sacar sus últimas grabaciones. No debe de quedar mucho. De vez en cuanto Héctor me sorprende en el correo electrónico con un pequeño adelanto. Ya tengo ganas de escuchar al completo sus nuevas propuestas. Como ya hice en un avance con las de Anabel.
De TrueQuedart tengo en las manos su primer trabajo en CD, bajo el título de Movament. Músicos asturianos experimentados en diferentes campos que se juntan alrededor de Imanol Núñez, voz de la formación y autor de la mayor parte del repertorio. Canciones frescas, llenas de referencias y de ritmos conocidos, una muestra de cómo hacer con los viejos moldes jarrones nuevos.
Ritmos de tradición latina sirviendo de base para una fusión de estilos musicales diversos, unificados por la voz de Imanol y por la cadencia de su empleo: bossa que deja de serlo, sensaciones que apuntan a diversas variantes del reggae y de la rumba, pinceladas de hip-hop y mucho más funk del que se lleva en este momento musical y del que, no obstante, sacan sus principales señas de identidad sonora.
Muchos ritmos y muchos estilos que acaban dejándonos la sensación de que, una tras otra, vamos a terminar por reconocer su sonido entre todos los que suenan en el dial. La voz, una vez más, vuelve a dar una pincelada para convertir esta apuesta musical en fácilmente reconocible. Esa voz y el espíritu optimista de sus letras que se mueven entre los contenidos sociales y las consignas antisistema de baja intensidad.
En resumen, una apuesta comercial en un ámbito como el de la música asturiana donde suena extraño este término, máxime cuando la base de este comercialidad son una buena banda de músicos que, en directo, transmiten la sensación de creer en lo que hacen y de estar pasándolo bien haciéndolo. Música, en fin, para disfrutar y para hacer disfrutar a sus oyentes.
Y detrás de esa música, gente como Antón Ceballos, músico de un ciento de formaciones; Mario Fueyo a los teclados, al que también conocimos como Dark La Eme y músico diverso; las percusiones, omnipresentes, de Sergio Pevida, dando sabor hasta donde no se encuentra; la guitarra de Anibal Menchaca, que tan buen recuerdo me dejara con la propuesta folk de Xera; y los scratchers y demás de DJ Pimp, doble campeón de España de la DMC y cuarto del mundo.
Se nota, además, la labor de producción. Roger Rodés ha estado detrás de proyectos como Macaco. Su mano posiblemente haya tenido bastante que ver en ese sonido identificativo de la formación y en esa manera tan particular de emplear la voz. En el disco mucho más limpio todo que en el directo. Pero, también, las condiciones de sonido y de escenario del mínimo espacio del barrio de La Caleya no eran los más idóneos para las posibilidades del grupo.
Con todo, la fuerza que despliega Imanol Núñez sobre el escenario gana inmediatamente al público. Algo muy positivo de cara al directo y que también se intuye tras la grabación.