La mierda de los caminos
2010 / 01 / 14 - La Montaña Central
La letra de la canción no decía exactamente eso. Pero nosotros la cantábamos así:
“La mierda de los caminos la pisan los caminantes y a la mujer del obrero la pisan cuatro tunantes de esos que tienen dinero”.
La letra es de época. Pero, la primera parte, la que habla de la mierda de los caminos podríamos seguir utilizándola.
En primer lugar para hablar del propio Mieres del Camín. La calle, Guillermo Schultz. Hace un mes se pusieron señales de que iba a empezar la peatonalización. Todo lo más que se hizo fue levantar la acera en alguna parte. Los comerciantes pidieron que se parase la obra hasta pasados Navidad y Reyes. Sigue levantada. Al principio se veía arenón y grijo. Ahora también, pero compacatados con la mierda de todos los perros del contorno que bajan a hacer sus necesidades en un entorno tan apropiado.
Segundo sitio: la ruta del colesterol camino de Ablaña. Un pequeño puente cruza por encima de las vías del Vasco. A continuación un mínimo prado hace las delicias de todos los perros sueltos. Un pequeño problema: cuando se les suelta en el prado pasan sin más al camino, aunque sólo para entreterse ladrando a los que pasan corriendo o andando. Si el prado es el cagadero habitual, el camino se convierte en el ocasional. En época de heladas, como estamos, perfecto para la práctica de patinaje sobre mierda.
Tercer lugar: salgo de los itinerarios habituales y marcho por la antigua vía de tren del Peñón. Otro paraíso de perros sueltos. Los propios de las casas de los alrededores y de los que los sueltan por allí para que desfoguen. La ruta se convierte en una carrera de obstáculos. A lo que se añade la basura que se acumula en determinados puntos, como el túnel que da acceso al antiguo descargadero sobre el final de la calle Manuel Llaneza.
Claro que hay más sitios. Cada uno puede añadir los suyos. El parque, la Mayacina, la zona verde de Vega d’Arriba… Es una pena que no abran un restaurante coreano de comida rápida. De esos que ponen hamburguesas de perro. Por lo menos para poder hacer algo productivo con tanto perro suelto.