Música en tiempos de crisis
2009 / 06 / 15 - La Montaña Central
Si el pregón de les fiestes de San Xuan a cargo de Pedro Civera fue entrañable, el posterior programa de concierto de presentación del Ensemble Ars Mundi llegó directamente al corazón del público asistente.
Se trata de un tipo de formación extraña: su propósito es hacer la música que, como músicos, les gusta interpretar. Una formación integrada por profesionales: músicos de otras formaciones sinfónicas del Principado, profesores de los diferentes conservatorios de Asturies y alumnos de máximo nivel de sus respectivos instrumentos. Pero, más allá de todo ello, músicos que por encima de sus obligaciones profesionales en las orquestas en las que están integrados, en los trabajos que desarrollan o en los estudios que realizan, tiene ganan de tocar otros tipos de repertorio con los que sentirse bien como músicos.
Un tipo de formación aún más extraña si entendemos que se trata de músicos que no cobran por pertenecer a esta formación. Y esto, en los actuales tiempos de crisis, es difícil de entender. Por eso el concierto fue todo un lujo. Quien asistió no tuvo duda de ello. Estaba actuando ante sus ojos una élite de la música que se hace en Asturies interpretándola por el simple placer de disfrutar con ello y, a la vez, hacer disfrutar a quienes tuvieron el privilegio de escucharlos.
Yuri Nasushkin es el soñador perfecto para llevar a cabo una experiencia de estas características. Para conseguir aglutinar alrededor de un sueño a un grupo de profesionales con unas ganas inmensas de disfrutar de su propia profesión y de hacer disfrutar con su arte a quienes los escuchan.
El Ensemble Ars Mundi ensayó todos estos días atrás en Mieres y estrenó sus primeras obras en nuestro Auditoriu Teodoro Cuesta. Como buenos músicos les encanta la sonoridad de este espacio. Muy pocos de sus integrantes eran naturales de Mieres, pero este concierto consiguió que todos ellos sintieran Mieres como su propia tierra y nuestro Auditoriu como su propia casa.
El “Asturias” de Albeniz, arreglado para cuerda, fue un momento único. La interpretación de Sibelius estuvo conmovedora. Mozart abrió el concierto para dejar claro desde el primer momento que estábamos ante un grupo de excelentes músicos. San Xuan se abrió con un cita excepcional.