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El esperador de firmas

2009 / 05 / 19 - La Nueva España

El esperador de firmas

Esta es un historia vieja. Si la cabeza no me falla, del 96 o 97. El sueño de la ventanilla única. Un mecanismo que reduciría el papeleo al poder tramitarlo todo a través de una misma ventanilla. Se conectarían los registros de las diferentes administraciones: local, autonómica y estatal. Se trataba de dar un golpe de muerte al ancestral “Vuelva usted mañana”. Mariano José de Larra, que llevaba de aquella muerto unos ciento sesenta años, se estaría partiendo de risa en su tumba. La razón es simple: el conocía la Administración.

La historia de la ventanilla única no funcionó. Por más que haya administraciones que te juren que la tienen puesta en funcionamiento. Claro que todo se puede hacer a través de una ventanilla. Pero, luego, los trámites se demoran meses. El problema es siempre el mismo: las firmas. Todo documento administrativo, para que lo sea, tienen que llevar firmas. Muchas firmas. Y, entre firma y firma, el tiempo pasa y nos vamos haciendo viejos.

De hecho, dentro de la propia Administración, existe la función del esperador de firmas. A mi particularmente, es una de las partes de mi trabajo que más me gusta. Por un tema social. Gracias a la espera de firmas se conocen compañeros de trabajo. Se establecen relaciones, que en buenos casos crean vínculos familiares. Se toman cafés de máquina y se echa un pitu fuera, que son los dos últimos grandes logros administrativos. Se ve como va la problemática laboral, sobre todo ahora que se están negociando un nuevo convenio y todos saben a que puesto van a ascender al representante o cuanto más a cobrar el gran defensor sindical del funcionario.

Yo creo que la Administración tendría que olvidarse del asunto aquel de la ventanilla única y pasar a crear puestos de esperadores de firmas. Porque la firma sigue teniendo una especial importancia. La firma te da la medida de la Administración. Teorema General de la Administración: Un jefe es más inútil cuanto más hace esperar por una firma. Es un asunto de proporcionalidad matemática. Pero también de psicología. Apéndice al Teorema General: Un jefe se cree más importante cuando más retrasa su firma. Para lo que siempre existe una especie de competición entre diferentes jefes, mandamases y mandamenos. Son las envidias típicas del cargo. Así se creen que mandan algo. Ellos contentos y, los trabajadores, encantados. Corolario del Teorema General: Mientras más inútil sea el jefe mejor vive el trabajador.




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