Prohibido fumar
2009 / 04 / 30 - La Nueva España
Lo de la prohibición de fumar ya es un chiste. Donde quiera que vayas. Todos los locales tienen puesto su papel reglamentario con la prohibición y la ley. Ni caso. La empresa que hizo los carteles, encantada. Menudo chollo. La gente los sigue comprando. Son guapos los cartelinos. Quedan bien en el local. Dan una imagen europea. De modernidad. Los puedes poner en castellano y en asturianu.
Después, nada. Entres donde entres: huele a tabaco. Vas al hospital: huele a tabaco hasta el mismísimo quirófano, con lo que se desprende que mientras me operan puede quedarme povisa dentro de la que le cae de la boca al cirujano. En la planta noble del Ayuntamiento: huele a tabaco hasta el sacrosanto lugar que dicta normas de prohibiciones varias y vela porque se cumplan las que mandan de más arriba. En el Centro Comercial: huele a tabaco desde la cafetería hasta el cine. La Casa de Cultura: huele a tabaco. El taxi: huele a tabaco.
El jueves pasado eché un pitu con Manolito Baquero. En lugar prohibido. Por saltarnos a la torera unas cuantas prohibiciones. Cuando está prohibido es cuando más presta. Tiene razón. Es gordo que en este momento un acto de reafirmación de rebeldía pase por echar simplemente un pitu.
De todas formas, las apariencias también se guardan. En la puerta de atrás del Hospital se acumulan las colillas y las batas blancas apurando el penúltimo cigarrillo de la mañana. Hace un frío que pela, pero allí están con su bata de manga corta y sus chancletas con el calcañu descubierto. Por la parte de afuera de la verja del Instituto se apilan los profesores. Los alumnos, como tienen prohibido salir del recinto, fuman dentro, como siempre se hizo, en los váteres.
En todas partes es igual. Hasta en el mismísimo Vaticano. En una puerta lateral apuraban las penúltimas caladas unos cuantos curas de clériman y otro vestido de sayón colorao que no sé si era obispo o cardenal. Hasta en el Centro de Arte Reina Sofía. Algunos con cara de no fumadores. Lo que se entiende. Si no fumas te quedas dentro currando. Si dices que fumas sales cada media hora o cada hora a tomar el aire y a echar un pitu. Son las ventajas del vicio. Antes se decía: fumas como un carretero. Siempre con el pitu en la boca. Ahora se dice: fumas como un funcionario. Cada media horina. Pa tomar el aire.