Martes 21 de septiembre.

Recojo a Pedro Costa en el avión. He intentado durante estas tres semanas descolgarme un poco de la película y lo he conseguido a medias. La historia continúa. Quirós, montando. Pedro, con sus problemas de postproducción. Para mañana hay concertada visita con Enrique Fernández

de Protocolo del Ayuntamiento de Oviedo, y con el nuevo Consejero de Cultura. Como siempre retrasos en el Aeropuerto de Ranón. Encuentro a Hevia y a sus padres. Lo veo bastante agobiado de trabajo, además de con trastornos de salud por culpa de esta gripe que este año se adelantó. Mañana teóricamente graba su tema para la película en Sintonía. Pero hay problemas. Cede su tema, pero exige que le paguen a su arreglista y a los músicos que intervienen. En cuestión de dinero me parece que no hay arreglo. Lo descubro con una llamada rápida a Juan Carlos Cuello a Madrid. Luego lo comento con Pedro. Todo es un mar de malos entendidos. Quirós no sabe nada del asunto. Quedó en enterarse mañana.

Miércoles 22 de septiembre.

No conseguimos hablar con Enrique Fernández. El protocolo y ciertos asuntillos que no dejan de salir insistentemente en la prensa lo traen a mal traer. Desde las elecciones no levantan cabeza en Oviedo. Dejé a Pedro Costa entrevistándose con el Consejero. Quedó contento. Nada que ver con los miembros del anterior equipo de gobierno. Le dio la impresión a Pedro de que, no sólo sabía de cine, sino que estaba interesado en su promoción. Tuvieron tiempo a hablar de muchas más cosas. Buen rollo. Donde fueron a comer coincidieron con Enrique Fernández y el alcalde de Oviedo. Los saludó y les hizo un breve resumen de pasada de cómo iba la película. Continúa en pie el proyecto de presentación en el Teatro Campoamor de Oviedo. Quirós me comentó que Hevia no grabó su tema para la película. Le comentó lo de la gripe. También lo de los problemas. Mañana nos vemos en Sintonía y hablaremos de ello. Le toca a grabar a otro gaitero excepcional: Alberto Varillas. Juan Carlos Cuello lo necesita para poner sonido de gaita a sus composiciones. Hace varias días que le envió las partituras. Me comentó que le habían gustado los temas.

Jueves 23 de septiembre.

Me acerco a Madrid con Alberto Varillas y Michael Lee Wolfe. Además de La trova del mineru de la Asturiana Mining Company, la presencia de su gaitero le va a dar un toque muy especial a la película. Lo dejamos en el estudio mientras acompaño a Michael

a visitar a Tomás Díez, International Manager de Fonomusic, según reza su tarjeta. Michael sostiene con él una guerra particular sobre la distribución del disco Patrimoniu de la Asturiana Mining Company. Hablan lenguajes diferentes. Tomás quiere un determinado producto y Michael lo tiene y no consigue vendérselo. En el fondo están hablando de lo mismo, pero tienen problemas de comunicación. Después de estar más de media hora callado intervengo para defender el valor de ese disco. Le comento que una de sus canciones va a incorporarse a la banda sonora de la película. Se han barajado muchas músicas y muchos grupos folk -entre ellos algunos que pertenecen a su casa de discos-. Pero, se consideró más interesante esa canción que las otras escuchadas. Le digo que, comercialmente hablando –que es su lenguaje y el mío-, Patrimoniu es un producto mejor y más vendible que el resto de producciones de grupos asturianos. Le extraña mi franqueza. No está de acuerdo. Nos contesta diciendo que estaría muy interesado en distribuir bajo su sello la banda sonora de la película. Le digo que se lo comentaré a Quirós y que lo pondré en contacto con el director musical y con el productor. Escribo estas notas mientras Alberto Varillas continúa grabando. La noche se nos echa encima y, sea la hora que sea, tenemos que regresar. Mañana tengo reunión de la Comisión de Cultura del Ayuntamiento de Mieres a las diez de la mañana. Ahora son las doce. Ya comenté el tema de Fonomusic con Quirós. Quedó él en moverse. Puede ser una oferta interesante. A la película también le interesa una buena distribución de su música.

Viernes 24 de septiembre.

Terminó la grabación a las dos de la madrugada. A las seis conseguí estar en la cama en Mieres. Nada de tráfico. Un par de paradas a refrescar. Tres horas de sueño y directo para la reunión. La música de Juan Carlos Cuello resultó espléndida. Alberto Varillas grabó varios temas, que acompañarán la salida del minero muerto en accidente, la subida al Payares y la entrada de Resines en Madrid, entre otros pequeños momentos. Lo comentamos entre nosotros: la música va a irle bien a la película. La pieza pensada para el momento de la salida del minero muerto en accidente impresiona por su solemnidad. Su conclusión en un desgarro. La marcialidad de la composición con que Resines entrará en Madrid moverá a la gente de sus asientos.

Domingo 26 de septiembre.

Seguimos de descanso en el balneario de Corconte. Por teléfono Pedro me pide que le explique lo de Fonomusic. Lo ve bien. Mañana lo comentará con el director de Sintonía, amigo suyo.

En cambio a Michael no le hace ninguna gracia. El tema se cedió para la película. Algo totalmente distinto es su explotación por Fonomusic. Mejor dicho, por Tomás Díez. Intento explicárselo. Como no le apetece entenderlo encuentra una solución perfecta: deja en mis manos la negociación.