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onocí a José Antonio Quirós en una tertulia de cortometrajistas, que viene a ser algo así como una reunión de cultivadores de geranios o un simposium de coleccionistas de sellos de Uganda.

Me cayó bien instantáneamente, lo cual tiene su mérito ya que a mi, como soy muy raro, a priori todo el mundo me cae mal. Me pareció un chaval sano, bastante campechano y , sobre todo, un buen tipo.

Esto fue hace casi diez años y todavía no he cambiado de opinión.... bueno, un poco sí. Me explico. Tras aquel primer contacto volvimos a quedar, hablamos de cine, de mujeres y demás asuntos trascendentales. Nos contamos nuestros respectivos proyectos, los rodamos, incluso viajamos juntos en una ocasión a un colegio mayor de Burgos para proyectar nuestras "brillantísimas" obras, compartimos habitación en unas "mazmorras" especialmente preparadas por un festival de cine para cortometrajistas, y nos apoyamos en nuestros miniestrenos.

Ante todo esto, sí debo decir que el amigo Quirós me parecía un entusiasta, un hombre imparable, inasequible al desaliento. También es justo que confiese que como cineasta me parecía un tanto lamentable, sus cortos de dudoso interés y aunque bienintencionados y con ráfagas de brillantez, torpes en líneas generales. A favor del autor diré que ahí es donde nace un cineasta, y que nunca me retiró la palabra cuando yo en mi afán de sinceridad absoluta le confesaba el escaso interés que despertaba en mi su obra.

Es aquí donde decía que sí ha cambiado mi opinión sobre él: Quirós ha hecho un documental (Solas en la tierra) y un primer largometraje a años luz de sus cortos. Su entusiasmo, su tozudez, sus ganas sobre todas las cosas de hacer cine y de contar han dado sus frutos y pienso que "Pídele cuentas al Rey" es una ópera prima notable. Me gustó el guión cuando me lo dejó para que lo leyera, me enganchó aquella historia sencilla de un minero inconformista. Tanto fue así que acepté colaborar con una pequeña aparición "no acreditada" (de esas tan tristes en las que no se cobra) a pesar de haberme prometido a mí mismo no volver a hacerlo, consciente del "queme" que puede suponer para el público ver al mismo tipo una y otra vez asomar su desagradable "careto" en un elevado porcentaje de la producción cinematográfica nacional.

Pero es difícil resistirse a Quirós, se impone con suavidad y te envuelve con su firme inseguridad y su sonrisa asturiana (porque José Antonio es asturiano, hecho instrascendente del que él sin embargo parece sentirse muy orgulloso). La misma sonrisa que me ha llevado a escribir esas letras para introducir esta página web de la que ignoro el contenido.

Espero que "Pídele cuentas al Rey" sea un éxito y Quirós pueda seguir haciendo cine que es lo que le apasiona. También espero que cuando lo haga peor lo haga como en ésta. Y por esperar, que algún día me regale la foto de Pepe Isbert en "El cochecito" que tiene colgada en su encantadora oficinita y que llevo años pidiéndole.

Santiago SEGURA