Me cayó
bien instantáneamente, lo cual tiene su mérito ya que a mi, como soy muy
raro, a priori todo el mundo me cae mal. Me pareció un chaval sano, bastante
campechano y , sobre todo, un buen tipo.
Esto fue hace casi diez años y
todavía no he cambiado de opinión.... bueno, un poco sí. Me explico. Tras
aquel primer contacto volvimos a quedar, hablamos de cine, de mujeres
y demás asuntos trascendentales. Nos contamos nuestros respectivos proyectos,
los rodamos, incluso viajamos juntos en una ocasión a un colegio mayor
de Burgos para proyectar nuestras "brillantísimas" obras, compartimos
habitación en unas "mazmorras" especialmente preparadas por un festival
de cine para cortometrajistas, y nos apoyamos en nuestros miniestrenos.
Ante todo esto, sí debo decir
que el amigo Quirós me parecía un entusiasta, un hombre imparable, inasequible
al desaliento. También es justo que confiese que como cineasta me parecía
un tanto lamentable, sus cortos de dudoso interés y aunque bienintencionados
y con ráfagas de brillantez, torpes en líneas generales. A favor del autor
diré que ahí es donde nace un cineasta, y que nunca me retiró la palabra
cuando yo en mi afán de sinceridad absoluta le confesaba el escaso interés
que despertaba en mi su obra.
Es aquí donde decía que sí ha
cambiado mi opinión sobre él: Quirós ha hecho un documental (Solas en
la tierra) y un primer largometraje a años luz de sus cortos. Su entusiasmo,
su tozudez, sus ganas sobre todas las cosas de hacer cine y de contar
han dado sus frutos y pienso que "Pídele cuentas al Rey" es una ópera
prima notable. Me gustó el guión cuando me lo dejó para que lo leyera,
me enganchó aquella historia sencilla de un minero inconformista. Tanto
fue así que acepté colaborar con una pequeña aparición "no acreditada"
(de esas tan tristes en las que no se cobra) a pesar de haberme prometido
a mí mismo no volver a hacerlo, consciente del "queme" que puede suponer
para el público ver al mismo tipo una y otra vez asomar su desagradable
"careto" en un elevado porcentaje de la producción cinematográfica nacional.
Pero es difícil resistirse a
Quirós, se impone con suavidad y te envuelve con su firme inseguridad
y su sonrisa asturiana (porque José Antonio es asturiano, hecho instrascendente
del que él sin embargo parece sentirse muy orgulloso). La misma sonrisa
que me ha llevado a escribir esas letras para introducir esta página web
de la que ignoro el contenido.
Espero que "Pídele cuentas al
Rey" sea un éxito y Quirós pueda seguir haciendo cine que es lo que le
apasiona. También espero que cuando lo haga peor lo haga como en ésta.
Y por esperar, que algún día me regale la foto de Pepe Isbert en "El cochecito"
que tiene colgada en su encantadora oficinita y que llevo años pidiéndole.
Santiago SEGURA
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