Este diario
no habría nacido siquiera sin la idea de Alicia Luna de llevarlo
a cabo. Le ocurre algo parecido a la propia historia de la película
y a su desarrollo. A ella especialmente y a Emma Penella y a Ion Arretxe
dedico estas notas de diario. A Emma por ser un antídoto contra
la soberbia y a Ion por hacernos saber que la ilusión del cine
pasa y los amigos permanecen.
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