Martes 1 de febrero.

Me llegaron por SEUR las ochenta fotos que les había enviado para complementar el diario de rodaje, más las cerca de veinte que había ido llevando en distintos momentos Quirós. Con todo, textos picados y fotografías, me acerqué esta tarde a ver a

Gustavo Salinas, de la empresa L@red, para que me lo metiera todo en mi página. Le gustó la idea y quedó él personalmente en prepararme el diseño. Puede quedar una cosa guapa y, sin duda, con mayor distribución que a través del libro.

Miércoles 2 de febrero.

Lo de las entradas para el Campoamor va camino de convertirse en un nuevo campo de batalla. Como era de suponer. En fin, que les importa un pijo el quedar bien o mal con la gente. A la larga será un problema para Quirós y como tal se lo contamos. Enviamos nuestra lista mínima.

Jueves 3 de febrero.

Tomás Díez, de Fonimusic, llama para decir que el disco ya está terminado y que ha quedado magnífico. Son sus palabras. Las ratifica Quirós. Menudo parto. Trabajo costó.

Viernes 4 de febrero.

Viene a verme uno de los extras que participó varios días del rodaje y que colaboró en más cosas que las estrictas de hacer de figrurante. Ve que se acerca el día del estreno y que nadie les dice nada de las entradas. Me comenta que Alfonso el de Ujo, quien les prestó el hachu con el que entra Resines en Madrid y que yo recogí, tampoco sabe nada de entradas. Están de tan mala leche por el tema que hablan de quedar unos cuantos de Ujo para ir a Oviedo a boicotear el acto. Les digo que me apunto, si se animan. Me acerco a Oviedo al Ayuntamiento a buscar las entradas que tenemos reservadas. Ni una entrada más. Aquí le echan la culpa a la productora y a Quirós. La culpa, como siempre, es huérfana. En protocolo del Ayuntamiento de Oviedo bastante han tenido con invitar oficialmente a las instituciones. Quirós anda medio azotado con lo del estreno. Me dice que me ponga en contacto con su hermana para hacerme con diez entradas más y solucionar las invitaciones de la gente que le comento. Poco después hablo con su hermana y, como suponía, nada de nada. Ya no le queda ninguna.

Sábado 5 de febrero.

Rosa Trapiello y Jorge Rivero están negros por que todo el mundo quiere conseguir una entrada para el lunes a través de ellos. Yo sé, por haber participado en la negociación, que el Ayuntamiento de Oviedo tiene programada una espicha de protocolo para después del estreno. Hasta este momento desde la productora nadie nos había comentado nada de quien iba a participar en ella. Lo hablo con Martín Cabañas. Con sus buenas palabras viene a decirme más o menos que se trata de un acto protocolario privado en el que ellos no tienen mucho que tocar. Yo sé que no es así, pero paso de decirle nada. A estas alturas me importa un pijo. Hoy estoy lo bastante cabreado como para decirle a Quirós por teléfono que es muy probable que no vaya al estreno. Rosa Trapiello me ha comentado lo mismo.

Domingo 6 de febrero.

Paso la mañana con Sara en el Encuentro de Escalada de Baiña. La subida hasta la Escuela de Escalada es dura. Me sirve la jornada para quemar la mala leche acumulada de estos días con relación al estreno de la película. Por la tarde quedo para mañana con los miembros de la Asturiana Mining Company a la puerta del teatro Campoamor. Al final he decido que voy. Por más que sepa que si hay un piquete a la entrada, que no habrá, me acabaré sumando a él.

Lunes 7 de febrero.

Estrenada queda. Por los comentarios generales, la película ha gustado. No sin problemas. La tensión se palpaba en la sala de butacas mientras se desarollaban las primeras escenas. Las palabras del sindicalista. Entre el público muchos sindicalistas y alcaldes de la cuenca como el de Mieres. Las palabras del ministro socialista. También entre los asistentes el Presidente del Principado y varios diputados. Los aplausos del público en general al final de la película rompieron estas caras de tensión. Intentando pasar desapercibidos, apenas se encendieron las luces, vi escabullirse a algunos personajes famosillos de la política regional. El resto estaba apelotonado a la entrada para saludar al director y a los actores. A la salida un autobús espera a los actores y al equipo para acercarse a la espicha. Quirós me dice que él se viene con nosotros en el coche. Le digo que no estamos invitados. Se enfada y nos dice que el que invita es él. Poco antes había invitado a Alberto Varillas y a Michael Lee Wolfe como miembros de la Asturiana Mining Company. Les digo que no me apetece nada acercarme allí. Rosa Trapiello, al haber venido sola y no tener que depender de nadie, en un momento se escabulle y regresa a Mieres. Al final nos acercamos. Aprovecho para continuar de relaciones públicas y les presento al vicealcalde de Oviedo, Jaime Reinares, a Varillas y a Michael. Mónica, la mujer de Michael, repartió toda la noche discos del grupo. Si después de todo se sacó una actuación en el Auditorio o el Campoamor, puede darse por buena la noche. Ana se sentó un buen rato con Emma Penella. Cuando yo me acerqué hablaban de la película. Le recordé su intervención en unos de los momentos de mayor tensión entre Antonio Resines y Quirós. No sólo lo recordaba sino que hizo comentarios adicionales. Comentarios que por sí solo valen más que el resto de la velada.

Miércoles 9 de febrero.

Todos los comentarios de ayer y hoy en la prensa son elogiosos. La película llega a los cines el viernes. El gerente del Cine Esperanza de Mieres me dice que ya tiene echas reservas.

Viernes 11 de febrero.

Lleno completo en Mieres. Hacía tiempo que no veía tales colas. Para las tres funciones doblaban la esquina de la calle. Estuve cenando enfrente, en la sidrería Madrid, con Hildegard Diemberger, Robin Walker y otros participantes en las Jornadas Internacionales de Montaña de Mieres.

Era una situación privilegiada para tener información de primera mano de cómo se desarrollaba el primer día de exhibición pública. No obstante, Mieres no puede ser significativo. En la cola vi a familias enteras que alguno de sus miembros había participado en el rodaje. Habrá que esperar a conocer los índices de audiencia de otros lugares. En general se espera que la afluencia de público en Asturies sea grande.

Lunes 14 de febrero.

Continúan a lleno completo en el cine Esperanza de Mieres. La respuesta en Oviedo, Gijón y Sama también es muy alta. Gustavo Salinas, de L@ed, me presenta un diseño de página en internet para el diario de rodaje. Es mucho texto y mucha foto, pero queda llamativa. Tiene previsto tenerla terminada en un par de semanas. Yo quedo en entregarle el viernes de esta semana los últimos textos. Es un modo como otro cualquiera de terminar con este diario.

Jueves 17 de febrero.

Se acabó. Mañana entrego todos los comentarios de estos últimos días. Es suficiente. También es cierto que es un día perfecto como para darlo por finalizado. De la productora de Pedro Costa me envían a primera hora de la mañana veinte discos de la Banda Sonora Original de la película. Ha quedado bien. Poco después recibo un disco de Fonomusic. Un único disco. Distribuyo rápidamente los otros, por una parte a la prensa y por otra a los miembros de la Asturiana Mining Company. En La Nueva España quedaron en hacerle un reportaje a Alberto Varillas por ser su gaita un poco el hilo conductor de la película. También por la mañana temprano recibo una llamada de Juan Alberto Tellería, productor de la próxima película de Javier Maqua, Carne de gallina. Quedo con ellos para tomar el café. Me cuentan su proyecto. Quieren rodar en Mieres a lo largo de ocho semanas entre mayo y junio. La historia de un minero prejubilado del que depende económicamente toda su familia y que, en el transcurso de la boda de su hija, muere en extrañas circunstancias en un puticlub. Una comedia. Hablamos de Pídele cuentas al Rey. A lo largo de dos horas tenemos tiempo suficiente para tratar los aspectos positivos, pero también, como no, para hablar de los negativos. En especial de aquellos que llevaron a cierto desencanto por parte de tantas personas que desinterasadamente habían participado en ella. Empiezan, pués, con el handicad de sus predecesores. Pero, si se lo plantean mejor todos sabemos que la respuesta de la gente va a continuar siendo igualmente positiva. Las líneas básicas de actuación son simples: menor racanería en la producción, trato más llano con la gente de figuración y, sobre todo, responder a las espectativas creadas. En resumen: que cuando la gran troupe del cine marche quede el buen recuerdo de una experiencia y no la sensación amarga de una tomadura de pelo. Por los comentarios entiendo quer debe de sert algo generalizado en esta industria. En mi opinión se trata más de un problema de personas que de la industria del cine en general como un ente abstracto. Decía mi padre, como norma básica de conducta cuando salíamos de viaje, que donde fuéramos dejad las puertas abiertas, para que cuando queramos regresar no las encontremos cerradas y para que los vayan después de nosotros no encuentren recelos en abrírselas. Esto ha ocurrido. A título personal, varios han sido los que han dejado nuestras puertas abiertas. El problema surge cuando otros las han dejado tan cerradas como para tener una actitud de recelo a cualquiera que llame de nuevo a nuestra puerta. De todas formas, la sensación más amarga tras la visión de la película les queda a los sindicalistas mineros. En especial a los vinculados al SOMA (Sindicato de los Obreros Mineros de Asturias), por los paralelismos que se establecen entre el personaje de Jesús Bonilla y de su líder José Ángel Fernández Villa. Hasta el extremo de haber dado la orden interna de no ir a ver la película. Buena parte del éxito de la película en Les Cuenques se debe sin duda al impulso que dio una prohibición de estas características. He hablado con muchos sindicalistas que me han reconocido que les ha gustado la película, pero que formalmente tienen que decir que no la han visto. Algo que no deja de ser simpático y triste a la vez. Así es esta tierra. Para algo ha servido, pues, esta película. Aunque sólo sea para esto. Con la de Javier Maqua muy posiblemente ocurrirá lo mismo. Comentamos la posibilidad de un nuevo diario de rodaje. De todo corazón: qué poco me apetece. Yo seguiré escribiendo mis notas de diario. Siempre lo he hecho. Pero, de ahí a plantearme hacer de nuevo un seguimiento de todo el proceso hay un trecho enorme. No obstante, levantaré acta de los cafés que tomemos, de los amigos que hagamos, de las risas que vayamos teniendo... como siempre, claro. Acabo de hablar con Quirós. No le digo que he terminado con el diario por que tampoco es cierto. Simplemente, quería que apareciese en mi última anotación. Su comentario final también es amargo: la distribuidora no ha cumplido con el número de copias a poner en circulación de la película; a la productora parece que se le ha ido de las manos el producto; la promoción brilla por su ausencia en la mayor parte de las

provincias de España... con todo, la película va bastante bien. Hablamos de un nuevo proyecto: una serie documental para televisión sobre los últimos veinticinco años de Asturies. O sea, la historia del hundimiento de una tierra. La nuestra. Sin duda, un nuevo marco para la polémica. Me encanta la idea.