por
las calles estrechas para contemplar los pasos. Los desfiles organizados
y los premios acabaron con el carnaval. Con la Semana Santa también. Podría
hacerse una guía sobre estas fiestas y lugares donde siguen siendo un espectáculo
no anacrónico. Cómo la del sábado santo en Miranda. Esperemos que el tiempo
no la haya mudado. Casting de Luis San Narciso y Quirós en la Casa de Cultura.
Llama Rosa Trapiello con las novedades. Aquí los cofrades ven desfilar a
los santos y santas, dando sus pasos y haciendo sus pinitos. Colección de
tías macizas, teta amplia y culo de manzana, asturianas de pura raza, para
el papel de la Covi. El resto, un poco de todo. Mañana siguen. Escribo desde
la terraza de la habitación en la Pousada de Miranda. Abajo los arribes
del Duero. La frontera. Una extraña sensación de estar en casa.
Viernes 2 de abril.
(Viernes Santo) Me recordaba Rosa Trapiello hace un rato, por teléfono,
cuando, paseando con su hija Oona, le comentó Quirós que de crío, interno
en un colegio de frailes, soñaba con chicas como Oona. No le pareció, por
lo que puedo comprobar, nada bien el comentario a Rosa. Pero, traspasando
el tiempo el tema, continuó hoy el casting detrás de un sueño infantil.
Complicado. Resulta difícil materializar los sueños. Aunque eche una mano
Luis San Narciso que, seguramente, estará bastante bregado en la materia.
Conclusión: no deben de haber llegado a nada. Por lo menos en su búsqueda
de la Covi perdida. Venimos de dar un paseo nocturno por las murallas de
Miranda. Desde lejos oímos una gaita y un bombo. Por la mañana dimos un
paseo en barca por los arribes del Duero. Un momento especial: el conductor
detiene el motor de la barca para escuchar el silencio. Semeja el de la
mina. Lleno de pequeños, insignificantes ruidos. El silencio no existe.
Viernes 16 de abril.
Hablé a primera hora con Pedro Costa. Por fin sale hoy, a página completa,
su entrevista en La Nueva España, firmada por Tino Pertierra. La hizo el
18 de febrero. Casi dos meses. El título no tiene desperdicio: "La política
de autor ha hecho mucho daño al cine". Es el resumen perfecto de la opinión
que mantenía el día que estuvimos comiendo en Casa Flora. Contiene varias
perlas. T.P.: Cuénteme algún error suyo. P.C.: En La buena estrella me opuse
hasta el final a que la hiciera Antonio Resines. Le decía a Ricardo Franco:
"Nos la destroza". Pero él se empeñó y acertó plenamente. Ahora es su defensor
a ultranza. Quirós pensaba en otros para ese papel. Pedro no tuvo ninguna
duda. En esta ocasión no le hizo ningún caso al director. Y continúa la
entrevista a renglón seguido: T.P.: O sea, que el director sí tiene... P.C.:
Sí, sí, el director es importante, no me entiendas mal, pero no lo más importante.
La política del cine de autor ha hecho mucho daño al cine. ¿Cómo se puede
entender una película sin los actores o la música? En el caso de Franco
hay algo muy claro: sus mejores películas eran encargos. John Ford no se
lo guisaba y se lo comía él solito, ni Mankievich. El "concepto Fellini"
ha hecho mucho daño. No es necesario que el director escriba siempre la
historia, basta que la cuente desde su punto de vista. Recuerdo a propósito
de esto que, hace unos días, vi a mi hermano Xaime leyendo El crimen del
café oriente de Javier Tomeo. Abrí el libro y la dedicatoria pone: A Pedro
Costa Busté. Por su trayectoria, y por lo que cuenta en otras partes de
la entrevista, no sólo le gustan las historias de otros, sino que además
le apasionan las que tienen cierto aire polémico y escabroso. ¿Herencia
de su etapa de periodista en El Caso y en Interviú? Aparte de hablar del
proyecto de un remake de Locura de amor, de Vicente Aranda, le gustaría
llevar a la pantalla la historia de "Lobo", el topo que se introdujo en
ETA. Concluye la entrevista con su particular visión de la función de la
crítica, o de determinada crítica, además de un breve repaso a gustos. El
titular también podría haber sido: "Soy de películas pequeñas". T.P.: Critique
a la crítica. P.C.: No creo en ella, y menos como se hace en España. Coge
una revista especializada: las películas con más estrellitas son las que
menos público tienen, y viceversa. Algo no funciona. ¿Es que la gente es
tonta? La crítica, sobre todo la de Madrid, tiene un papel demasiado importante.
Leer a Boyero, Fernández Santos o Merchante me pone enfermo. No hay derecho
a escribir tantas injusticias como escriben estos señores. Afortunadamente,
el cine funciona al margen de los críticos. T.P.: ¿Qué película le habría
gustado producir? P.C.: Plenilunio, la novela de Muñoz Molina. Podría ser
una película impresionante. Se me ha adelantado Uribe. T.P.: ¿Y de las ya
existentes? P.C.: El cine que más me interesa es el de Ken Loach, el Stpher
Frears de Café irlandés... Soy de películas pequeñas. No quiero competir
con el cine americano, sino contar historias de personas auténticas. |
|
Miércoles
28 de abril.
El comentado, y tantas veces pospuesto, desembarco del equipo técnico se
hará, al parecer definitivamente, este fin de semana, el domingo o el lunes.
Además de Pedro y Quirós vienen: Martín Cabañas, director de producción,
Nacho Gutiérrez, ayudante de dirección y algunos de efectos especiales. |
También
Ion Arretxe, que tiene concretados prácticamente los puntos de rodaje. Quedan
algunos pendientes, pero de menor entidad. El arranque, por ejemplo, pretenden
hacerlo en el pueblo de Rozaes de la Peña. La casa de Emma Penella, madre
de Resines en la película. Ya no es Pilar Bardem.
Jueves 29
de abril.
Recibo la última revisión del guión de ¡Pídele cuentas al Rey! Es bastante
más grueso. Apenas he leído nada. Con la primera hoja ya he tenido bastante.
"1A. Pantalla TV. Inicio títulos de crédito. Declaraciones de un ex ministro
de Industria en su despacho oficial. Tiene acento andaluz. "...Vamos a decir
las cosas claras, vamos a hablar sin rodeos, y no hay más vuelta de hoja:
al Gobierno le resulta más rentable mantener a los mineros en sus casas
que en la mina... trabajar en la mina ya no tiene sentido..." 1B. Lampistería
(imagen vídeo) Un grupo de mineros, vestidos de faena -algunos recién salidos
del tajo- escuchan a un hombre de unos cuarenta años, buen porte, vestido
de minero, subido a una tarima improvisada. TAVIO: "...¡Compañeros, no nos
van a doblegar! ¡la mina siempre fue nuestra, y ahora no nos la van a quitar...!
Yo os prometo una cosa, ¡tendrán que pasar por encima de mi cadáver antes
de que cierren un pozo, compañeros!" Buen comienzo. Directo a la llaga.
|