Lunes 26 de julio.

José Ángel Cabañas me dice que han localizado a Manuel Manquiña al mediodía. Esta misma mañana se acaba de afeitar el bigote. Estaba de vacaciones y con lo último que contaba era con tener que repetir alguna secuencia de las rodadas. El Club de Pensionistas de Entrevías simula un chigre.
Al fondo, un grupo de tertulianos entona "borrachu m'acosté anoche". Lo integran siete personas del Centro Asturiano de Madrid y dos actores. A primera hora, antes de que llegara el resto del equipo, ensayaron la canción con Ion Arretxe. Según él, lo hacían demasiado bien. Vuelven a intervenir, por última vez, los asturianos Alfonso Vallejo y Fran Sariego.

Martes 27 de julio.

Además del accidente de coche de Aurora Martínez el viernes, Miguel Puertas se hizo una fisura en un hueso del pie. Se incorporó hoy al trabajo, pero el pie no tiene buen aspecto. Esto no es Hunosa. Se rueda en el bar El Mirador, de la urbanización "Las Colinas" en El Casar de Talamanca. El mismo bar en que el equipo de Una casa a las afueras, de Pedro Costa, tomaba el café durante las semanas de rodaje. El chalé empleado está próximo a la urbanización. El bar simula ser el de Arbas del Puerto. Allí se encuentra la familia al camionero de la voz cazallosa, interpretado por Antonio Dechent. Estuvo en Asturias rodando una secuencia de la subida al Payares. Le manda desde el camión un piropo guarro a Adriana Ozores, que ella contesta con desprecio. Aparece por segunda y última vez Santiago Segura. Le atiende en el bar la actriz asturiana Trini Iglesias. Me manda recuerdos para sus compañeros de LA NUEVA ESPAÑA, donde hizo las prácticas de fin de carrera hace unos cuantos veranos. Segura está viendo en la tele la entrada de Resines en Madrid. Lleva puestas las botas que le ha robado. A Trini le cuenta la milonga de que se las ha regalado. Gege Godoy y María Bullido le han conseguido un bigote idéntico al propio a Manquiña. Su mujer, Catalina, no está muy de acuerdo. Dice que pincha más. Mercedes Castro, su mujer en la película, y sus hijos ficticios, Sara Illana y Abel Arias, se toman a risa sus guasas con el bogote recién estrenado y con su chandal reluciente, con el que va "informal pero arreglao". Está tan limpio que tiene que darse unos cuantos revolcones para ponerlo a tono. Volvemos a la explanada próxima a Quer, donde estuvimos hace dos semanas. Cada una por un arcén, las dos familias se intentan adelantar. A los hijos los llevan a rastras. Intentan entorpecerse mutuamente la marcha tirándose piedras. Resines le lanza la trompeta a Nicolás. Manquiña le arranca a Abel el Power Ranger y se lo lanza a su vez. Abel, que con sus tres años no entiende que se trata de un rodaje, arranca a llorar a gritos. José Antonio Quirós no manda cortar. La secuencia ha quedado perfecta. Todos, menos Abel, se parten de risa.

Miércoles 28 de julio.

Se rueda en Madrid centro a dos pasos de la oficina de la productora de Pedro Costa. Pasamos a saludar a Montse Buscató y a Margarita Taibo y nos acercamos al bar que hará las veces de puticlub en el que entraron Farid Fatmi y Resines. El vecindario mira asombrado desde las ventanas el muestrario de figurantes del puticlub. Ion me presenta a Paloma Areste, recién incorporada a labores de producción y que fue jefe de producción de su corto La guitarra invisible. Nicolás descansa y provechamos para marcharnos junto con Sara y Abel al Parque de Atracciones.

Jueves 29 de julio.

Durante las semanas de rodaje en Asturies, y en previsión de los días de lluvia, aunque al final no hubo, se instaló una tienda de campaña en un aula del Instituto Bernaldo de Quirós de Mieres, en la que rodar las secuencias de interior. Al final, estas secuencias tienen que rodarse en un aula del complejo escolar San Fernando, la misma lozalización que se empleó para simular el hospital en que estaba ingresado Pepón, en la carretera de Colmenar Viejo. Nos quedamos todo el día. Una manera de comprobar lo aburrido que resulta un día completo de rodaje en interiores. A primera hora se rueda una secuencia que me callo para no desvelar el final de la película. Sorpresa, sorpresa. Quedan dos días. Se palpa la relajación en el ambiente. Todo se toma con tranquilidad. Las conversaciones de los miembros del equipo giran en torno a nuevos destinos y trabajos. Los menos hablan de vacaciones. Aurora está montando una cena fin de rodaje para mañana. Al final del día toma el relevo en la organización Martín Cabañas, al correr con el gasto la propia productora.
Viernes 30 de julio.

Último día de rodaje. Seguimos donde ayer. Al llegar me encuentro al actor mierense Pedro Civera. Hará de ministro en una secuencia. Traje impecable, camisa azul, pelo engominado. Recuerda el look de la beautiful people. Mar Bardavío y Ángeles Gil acabarán buscándole
una camisa blanca para quitarle cierto aire facha. Quirós da el último "¡corten!". Nacho Gutiérrez lo traslada a todos los presentes. Jota Jota lo trasmite a los de la habitación contigua. Verónica Salamanca a los que están fuera. Se cierra con aplausos del equipo la última secuencia de Resines, Adriana Ozores y Nicolás. Despedida general, besos y abrazos. Hasta el estreno. Quedamos de vernos en el Teatro Campoamor de Oviedo a finales de octubre. Nadie se cree de verdad que sea para tan pronto. Es muy poco tiempo para posproducción. Julio Madurga y Eva Díaz se bajan de la grúa de Alfredo Díaz. Gustavo de la Fuente guarda la claqueta y la cámara con la que ha hecho funciones de fotofija. Sonia Mula cierra el combo y Margarita Fernández su guión lleno de notas y de fotos con la polaroid. Daniel Fontrrodona arrastra fuera su carro de sonido y Urko Garay su Percha. Los últimos, Miguel Ángel Cárdenas y su equipo de eléctricos, cierran la luz. De noche, cena de despedida de todo el equipo. Está presente Enrique Cerezo. A Pau Costa hacía semanas que no lo veía. Jorge Rivero se acercó desde Asturies. Iñaqui Rubio se incorpora mañana a otro rodaje en Galicia. Los que tenemos hijos nos retiramos antes, pero en el ambiente se palpa que la noche va a ser larga. Jesús, el conductor de los actores que nos viene acompañando durante todo el rodaje, me trae el "hachu" que usó Resines para devolvérselo a Alfonso el de Ujo. Fue toda una imagen verme regresar hasta mi coche, aparcado a cuatro manzanas del restaurante donde cenamos, con un "hachu" en la mano. Las pandillas me abrían paso. Los comentarios se dejaban oír en voz baja a mi espalda. Por lo menos no me encontré a ningún policía.

Sábado 31 de julio.

Quedo con Alicia Luna y Quirós. El rosaje ha concluido, pero queda casi toda la película por delante. Desde aquí hasta el día de su estreno restan muchas horas de trabajo. La base sobre la que ponerse a trabajar está hecha. Repaso con ellos todo el proceso. Desde aquel primer guión hace dos años hasta los aplusos finales de ayer. He compartido todos los pasos como espectador, pero no me siento capacitado para hacer un comentario general sobre la película.
He estado demasiado cerca y demasiado tiempo. Se hace necesaria una cierta dosis de distancia. Un descanso. Me marcho a ponerme al sol vuelta y vuelta por tierras de Murcia. Queda mucha película todavía. Necesito recargar las pilas y ordenar todas las notas del siario y las fotografías. Sigo escribiendo.