mano
a mano a Fernando Pardo y a Quirós. Me dice que es preciso reforzar determinados
sonidos que le interesan y que considera lo requieren; por ejemplo, los
sonidos reales de la mina o los del corte y caída de la jaula. En montaje
cuenta para ello con Luis Castro, un número uno de los efectos especiales,
y Carlos Faruelo, quien da sentido al sonido de una película. "Es necesario
crear silencios donde hay ruidos y llenar a veces de ruido los silencios",
dice Quirós. "No es sólo su aspecto mecánico. Hablo de sensaciones, de lo
que intento transmitir con el sonido". El montaje y el sonido sirven para
recalcar las obsesiones del director. Los matices ganan presencia. La película
toma cuerpo. Me va a resultar imposible lo de vernos el fin de semana. Al
final nos vamos mañana para Alicante y tenemos intención de permanecer allí
hasta el domingo. Lo que pensábamos hacer lo trasladamos para el lunes y
el martes. El miércoles estaremos, si todo va bien, en San Sebastián. Se
inaugura el Kursaal con "La novena puerta" de Polanski.
Miércoles
18 de agosto.
Nos instalamos en Relleu, en la Serra d'Aitana, sobre el mar que baña La
Vila Joiosa. Quince kilómetros hacia el interior, remontando el río Sella.
Otro Sella. No baja ni un hilo de agua. Estamos rodeados por todas partes
de almendros y algún que otro limonero. El terreno dispuesto en bancales.
Cinco siglos de dominación musulmana se dejan notar en su estructura urbana,
sus construcciones, su gastronomía y su toponimia. Al fondo, allá abajo,
disputándose la costa, las hordas del norte: alemanes, holandeses, ingleses,
asturianos... Al interior, tan próximo, no llega nadie. Más que de turista,
ejerzo de tagarí (denominación que recibían los moros que vivían entre cristianos).
Cuando bajo a la playa dejo a mi izquierda el Puig Campana. Su cima cercenada
se debe al tajo de Roldán, del que se desprendió la isla de Benidorm. Siempre
me ha gustado este lugar, verdadera capital de Las Cuencas, tan denostado
por la intelectualidad. Si España contara con una fuerte industria cinematográfica
sus colinas serían Hollywood. Pero, Benidorm sólo es un Manhattan pequeñín.
Con una gran diferencia: aquí no se encuentra un solo letrero que anuncie
una consulta de psicoanalista. Esto es Jauja. También Shangri-La. Benidorm
ha sido el purgatorio particular de las almas pecadoras de nuestros padres
y abuelos. Podría existir un paraíso más allá. Pero ¿a quién le importa?
Ahora saben que no necesitan otro cielo que el que cubre los atardeceres
rojos del Mediterráneo.
Jueves 19 de agosto.
Me comenta la gente de Sintonía, empresa encargada del apartado musical
de la película, que necesita saber a quién pertenecen los derechos de autor
de determinadas canciones asturianas que se piensan como banda sonora. La
mayor parte de ellas son tradicionales. Hablamos del "Santa Bárbara, bendita"
que se canta por los mineros una vez se ha cortado el cable de la jaula,
como signo de rabia e impotencia. También del "Borrachu m'acosté anoche"
que suena de fondo en el bar en que Antonio Resines, Fran Sariego y Alfonso
Vallejo, ven por la televisión como se lleva la policía a Eduardo Antuña.
O de "El mio Xuan", melodía que le gusta a Quirós para reforzar una escena,
y de la que existen un sinfín de versiones, desde las corales hasta las
más modernas como la del grupo Felpeyu. Otras, como "Fuente clara", se trata
de una composición coral y por tanto cuenta con autor conocido, aunque esté
basado en aires tradicionales. La parte de ella que más le gusta a Quirós
es la voz del solo a mitad de la canción. Comentamos entonces que si lo
que le interesa es la voz sola puede utilizarse cualquier otra canción tradicional
sin necesidad de que se recurra a una de autor. Por su parte, Hevia está
trabajando un arreglo sobre el tema "La procesión", que incluye en su primer
disco editado hace unos años, titulado simplemente "Hevia" y hoy convertido
en pieza de coleccionista. En lo que refiere a "La trova del mineru" que
incluye la Asturiana Mining Company en su discu "Patrimoniu", recientemente
publicado, les comento que mañana me acercaré a ver un concierto suyo en
Denia. |
Les
trasmito los saludos de Quirós y les comento su deseo de seguir contando
con "La Trova del Mineru" para el cierre de la película. El lunes he quedado
con Juan Carlos Cuello en Madrid para hablar de diferentes melodías y de
algo que él considera especialmente importante y que aún no tiene bien definido:
el tono sonoro. Quiere tratar el tema con tranquilidad con Quirós. La música
varía considerablemente si se trata de una comedia o un drama, o si es una
historia a caballo entre ambas. La música no sólo realza los momentos precisos
sino que también contribuye a la creación del sentimiento que pretende transmitir
la imagen. Diez minutos antes de dar comienzo el concierto el lleno es total.
El público acaba colgado de las murallas y las almenas. El volumen de extranjeros
supera a los del país. He visto bastantes conciertos de la Asturiana Mining
Company, pero ninguno como éste. Buen sonido. Músicos sueltos. Público entregado.
La gaita de Alberto Varillas sonó mágica en una noche tan hermosa como ésta.
Cuando interpretaron "La trova del mineru" el silencio se cortaba. Recordé
a Antonio Resines entrando en Madrid. La ovación fue la más cerrada de la
noche. Una suave balada abriéndose camino entre jotas, reels y muñeiras.
La voz de Alberto se crece por momentos. El público los hizo salir dos veces
y aún hubo aplausos para una tercera.
Sábado
21 de agosto.
Alicante es otra sucursal de Asturias en el Mediterráneo. LA NUEVA ESPAÑA
se encuentra sin esfuerzo. El miércoles en la capital. El jueves en un kiosko
de Benidorm. Ayer viernes en la calle principal de Denia. Hoy en un puesto
frente a las casas de pescadores de La Vila Joiosa. Es normal, por todas
partes hay gente de la tierra. El miércoles, en Alicante, un prejubilado
de Tres Amigos que ya lleva tres años viviendo en Torrevieja. El jueves
por la mañana el alcalde de Aller remojándose en La Vila Joiosa. El viernes
una gente de Sama en el concierto. Hoy sábado me callo, la discreción obliga.
Domingo
22 de agosto.
Cuarenta y cinco grados marcaba a media tarde el termómetro del Arco de
la Victoria de Madrid. |