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A la diestra de Dios Padre

2015 / 01 / 24 - La Nueva España

A la diestra de Dios Padre

A la entrada del cielo según vienes de la tierra, a la diestra de Dios Padre, estaban sentados Abraham, Jesús, Mahoma, Joseph Smith y Juanín de Mieres. Subí este fin de semana pasado. Aprovechando que daban mal tiempo en esta parte de la tierra. Como sabía que no iba a creérmelo nadie, les pedí que se pusieran guapos para salir en una foto.

Abraham se atusó la barba. Se lo ve mayor. Y preocupado. ¡Cómo para no estarlo! Todos los demás lo consideran su padre. Imagínate la broma: padre para los samaritanos, para los judíos, para los cristianos, padre para los musulmanes, para los mormones, padre para no sé cuantos más y compañero de partida de Juanín de Mieres, experto como fue siempre en jugar al tute y a la brisca, aprovechando que el cielo está lleno de chigres.

Joseph Smith, tan repeinado como en los retratos de época, pidió salir al lado de Jesús, por si enseñaba la foto en la tierra, para que lo vieran los suyos. Los de él son los que crearon la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, después de que lo lincharan. Y, después de lincharlo, como no se pusieron de acuerdo sus sucesores, los seguidores de su hijo crearon la Iglesia Reorganizada de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y, algo más tarde, otro grupín se independizó como la Iglesia Fundamentalista de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Dice que pasa de ellos, pero es el más predispuesto para la foto.

Jesús, en cambio, dijo que por él que pasa. Y lo entiendo. Con la buena cara que tiene no lo iba a reconocer nadie. Daros cuenta que lo crucificaron hace más de dos mil años y ya apenas tiene marcas de los clavos. Practica yoga dos veces a la semana con el Maharishi Mahesh Yogi, que le dio clase a los Beatles y que ahora imparte cursos de meditación avanzada en el cielo junto a John Lennon y George Harrison. Nada que ver su cara de ahora con la que lo representan en las iglesias, con corona de espinas y taparrabos. No me extraña que diga que pasa de los rollos entre católicos, evangélicos, anglicanos, ortodoxos, armenios, coptos, maronitas, etíopes, testigos de Jehová, integrales, anabaptistas, cuáqueros, unitaristas, pietistas, adventistas y quién sabe cuántos más que ya perdió la cuenta.

Mahoma me dijo, en cambio, sin andar con rodeos, que mejor no enseñara la foto en la tierra por si a los de él les parecía mal. Que no se puede explicar como le salieron toda esa banda de “cons” (me dice la palabra en francés, lo que evidencia que lee la revista Charlie Hebdo). Pero que, en fin, viendo la que dejó montada en la tierra entre suníes, chiíes, sufíes, ismailíes, wahabíes, jariyíes, drusos, sijs y demás, pasa de todo. No me extraña. Cada vez que uno de estos iluminados llega al cielo y pregunta por él no lo reconoce porque como nunca lo vio en foto, ni en pintura, ni siquiera en cómic… pues no sabe quién es ni cómo es. Y, Mahoma, que pasa de ellos como de una mierda de camello en medio del desierto, les manda a buscar a las 72 vírgenes que piensan que les toca a cada uno. Y, como no las hay, el resto de la gente se ríe de ellos a la cara. Por “cons” (que, como los franceses son muy finos, podría traducirse por “jilipuertas”).

El que está encantado a la diestra de Dios Padre es Juanín de Mieres. Los cantantes de tonada son como una religión y él es su profeta. De hecho, hace tiempo todos los cantantes eran de AICA (Asociación de Intérpretes de Canción Asturiana), pero ya llevan años separándose en sectas: los del folclore de Llangréu, los de la canción allerana, los amigos del vino de Cangas, los adeptos de la escarola de Xixón o la bandina del listu de Mieres. A los grandes cantadores como Juanín, como a los grandes profetas, les da lo mismo las tonterías a las que se dediquen sus seguidores. El cielo es, a fin de cuentas, como el Ayuntamiento. De hecho, esa es la razón por la que se dice que todos los funcionarios son ateos: porque dudan que exista otro paraíso después de éste.




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