Blo

< P'atrás  |   P'alantre >


Crisis, qué crisis

2011 / 09 / 04 - La Nueva España

Crisis, qué crisis

El primero que me ve me dice: ¿Qué, ya viste la carta que nos mandó el alcalde? Le cuento que cómo me va a sorprender la crisis si vengo de un sitio donde inauguraron un hospital sin camas, una biblioteca sin libros y un aeropuerto sin aviones. Tengo mi capacidad para la sorpresa bastante saturada. Por si esto fuera poco pasé por un sitio esta semana lleno de jovencitos con guitarra cantando canciones de misa a cuarenta grados a la sombra, de curitas con sotana de botonera a los que no te podías acercar por la peste correspondiente a la sudada, de monjitas con todo tapado como si fuesen musulmanas detrás de su marido y de jovencitas en sujetador a las que reñían las monjitas tapaditas por ir en sujetador. España es diferente. Lo dijo Manuel Fraga. En inglés. Qué razón tenía. Qué razón sigue teniendo.

Leo en La Nueva España que los sindicatos municipales negocian con el alcalde la supresión del complemento de productividad. Que dicho así, sin más, en el periódico, da la sensación de que los trabajadores del ayuntamiento cobran un plus de productividad tremendo y suficiente como para, una vez anulado, nivelar el déficit económico municipal. Cuando lo cierto es que, si se anularan con carácter retroactivo todas las tomaduras de pelo pactadas con los sindicatos por los anteriores gobiernos municipales, los trabajadores saldríamos ganando. No todos, eso es cierto. Pero en concreto, por esos que han sabido aprovecharse y salido ganando convenio tras convenio, no sentiría ninguna pena. También en HUNOSA teníamos complemento de productividad. Los mineros cobrábamos una mierda. El complemento servía para pagar favores prestados. Sigue siendo la misma historia.

Cuando marché de vacaciones todavía quedaban por las autopistas carteles con las caras antiguas de los que se habían presentado a unas elecciones. Ahora que vuelvo me encuentro con que ya hay carteles anunciando otras elecciones que están por venir. Ye lo que hay. Llueve en Mieres. A tono con el gris oscuro de la tarde, el edificio negro que cierra al fondo la calle Xixón. No se puede decir que es feo o que es una tomadura de pelo porque luego me riñen los arquitectos. Y, los arquitectos, como los curas, los secretarios de ayuntamiento, los mariscadores furtivos, los sindicalistas y los tomboleros, son una secta muy gremial. El que piense lo contrario que se pase por la Mayacina a ver lo último que están haciendo de colorinos, con todos los restos de azulejo de baños de las construcciones que dejaron de hacer por Valencia, Murcia y Andalucía. Todo lo contrario del negro. Eso es cierto. Pero otra tomadura de pelo. Seguramente también con algún premio de arquitectura. De los que se dan entre ellos. Como hacen estupendamente entre sí todas las sectas.




<< Volver al llistáu