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Inda suenen

2011 / 04 / 16 - El Comercio

Inda suenen

Se apagaron las luces del Teatro Jovellanos el pasado viernes día 8 de abril, fecha del estreno de Inda suenen. Mariluz Cristobal Caunedo se acerca al borde del escenario. Suena el bordón de la zanfona de Celia González. La tonada que abre el espectáculo es “Debaxo d’una panera”, una añada tradicional con una letra –como es propio de les añaes- desgarradora. El resto de muyeres que intervendrán en el espectáculo, en correcta formación, van anudándose el pañuelo a la cabeza. Asistimos a todo el proceso. Dos cantos de cuna más y la voz de la actriz Ana Morán nos sumerge en este universo femenino lleno de voces que nos suenan.

La historia de crear un espectáculo teatral a partir de la música tradicional viene gestándose desde hace tiempo. Pero, con Inda suenen, es la primera vez que esto se hace como un proyecto comercial. En el sentido de que aúna el trabajo de una compañía teatral de amplia trayectoria, Factoría Norte, y una formación musical de largo recorrido, el Colectivu Música Tradicional Muyeres.

El propio grupo Muyeres ya había elaborado espectáculos de contenido bastante similar al presente. De uno de ellos, Pasamentu, llegó a realizarse una película documental, dirigida por Jorge Rivero. Algún otro, como su intervención en la obra Kelthiké, de Ramón Prada, con la Joven Orquesta Sinfónica de Asturias dirigida por Yuri Nasushkin, iba más allá de la propia música.

A lo largo de estos años, otros espectáculos apostaron por unir la música y el teatro. Un ejemplo fue el estreno de la obra de Juan Carlos Casimiro Buscando el norte, en 2003, que unió una composición nueva sobre música tradicional a un texto teatral que hacía las veces de hilo conductor. Otro ejemplo, los espectáculos Nel camín o Torner, que combinaron música tradicional interpretada por cantadores de tonada y músicos de folk, con el hilo conductor de una narración.

Pero todos estos espectáculos citados, junto a otros muchos que se elaboraron, se presentaron al mercado como productos musicales y utilizaron por ello los escasos recursos que para este tipo de espectáculos se generan en Asturies. Por el contrario, Inda suenen, nace como espectáculo teatral/musical, con capacidad para moverse en el único circuito que en este momento funciona medianamente bien en Asturies: el Circuito Asturiano de Teatro.

Para este Circuito, en el que están integrados cerca de treinta ayuntamientos asturianos, Inda suenen es un lujo. Por dos motivos principales. El primero, por la originalidad del propio espectáculo y por el preciosista desarrollo que llevan a buen término la enorme cantidad de personas que lo hizo posible. El segundo, porque era absolutamente necesario: la escena asturiana llevaba años necesitada de un espectáculo de estas características.

Tras la intro de añaes el espectáculo te cala hasta los huesos. Son sesenta minutos que se pasan en nada. Para los más sentimentales –como yo-, piezas como “Todos los trabayos son” o el “Ramu de la Virxen del Cébranu” me hacen saltar las lágrimas. Forman parte de propia infancia y hace años que faltan las personas que las cantaban. Para cada espectador seguramente habría su propio tema. Son piezas de una sencillez aplastante. Pero sus voces saben convertirlos en grandes.

El espectáculo, en este sentido, embriaga. La voz es limpia. No se emplea ningún tipo de amplificación. La pandereta, el pandeiru, la gaita rabil, el acordeón diatónico y la gaita, ponen ritmo y melodía. Hay danza y baile. Pero, sobre todo, hay un número grande de canciones que van desde el oriente hasta el occidente en un recorrido mágico por Asturies, desde piezas muy tradicionales hasta otras populares de tradición más moderna.

Es un viaje emocional. La vida de les muyeres a través de las canciones que conformaron su vida. Asistimos a la representación de nuestra propia historia. Cantada. Y contada a través de la voz de la narradora. La luz forma parte del espectáculo. Como las imágenes proyectadas en la pantalla. Una historia cantada y contada en una hora pero que forma parte de la historia interminable de nuestra tierra. Un espectáculo que nace para ser el origen de otros muchos espectáculos. Una apuesta muy clara de futuro para la escena teatral y musical asturiana. Un espectáculo que nace para conocernos a nosotros mismos, pero también para darnos a conocer en el mundo. Una obra que puede representarse en cualquier parte fuera de nuestras fronteras porque articula perfectamente las dos fuentes del éxito: la emoción y la sinceridad.

Y, por encima de todo, Inda suenen merece el aplauso por su atrevimiento. En el campo de la música, la gaita, el folk y la canción asturiana fueron capaces de reinventarse y hoy forman parte de la música del presente. Le quedaba por dar este paso a los grupos de baile. Muyeres les están mostrando un camino, en una tierra en la que hay posibilidades de tantos. “El miedo, siempre el miedo, es aliado principal, causa inmediata para tender alambradas de pureza”, que dejó escrito José Luis Ortiz Nuevo en su Alegato.




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