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Sidra, cerveza y cacharros

2010 / 07 / 13 - La Nueva España

Sidra, cerveza y cacharros

Llueve en Siero, sol en La Villa. Y viceversa. La sidra estupenda. La del bonito a la sidra de Casa Pipa. La de mesa. La de después en La Oliva. Único establecimiento hostelero que, con más de medio metro de agua, no sólo no cerró sino que puso mesas en la terraza. Las fotos son espectaculares. Las huellas del desastre son ostensibles en el parquet levantado de la Fundación Cardín, el Teatro Riera cerrado y la marca del agua hasta las ventanas de la Casa de La Oliva. Inmutable, la propia iglesia románica de La Oliva. La tranquilidad de la piedra.

Las calles de La Villa están llenas de actividad. Como las de cualquier zona turística es estas fechas. Con alguna particularidad. Rumanos con acordeones. Un violín, de alguna parte del antiguo este, con sones de tangos. El malabarista especializado en palos. El flautista con perro pulgoso. Los gitanos con perro saltimbanqui (la cabra debió de jubilarse). La adivina lectora de runas celtas. La cantante lánguida con música pregrabada. Nada que no hayamos tenido por Mieres del Camín toda esta última temporada. La particularidad de La Villa: los expedientados del PP de allí con mesa de rogativas y firmas a favor del regreso de Paco Cascos. Por la vuelta de nuestro presidente. Por la vuelta de nuestro salvador. Sin comentarios. El día menos pensado vemos a los ídem de Mieres con lo mismo. ¡Cómo no se les habrá ocurrido antes! ¡Qué falta de imaginación! Estará de vacaciones el equipo de asesores. O en horas bajas. El calor que les afecta al riego. Ya de por sí bastante tocado.

Mientras tanto, para ir entreteniéndonos, el Tini que se nos va. No he visto muchos rostros afligidos por Les Cuenques. Ni por La Villa. Ni por Xixón siquiera. A lo mejor es que no me pasé por La Laboral. Lo que no deja de ser triste. Después de tantos años marcharse y darse cuenta que en cuatro días nadie te va a echar de menos. Es lo malo de irse sin dejar atrás proyectos de gran trascendencia cultural. Como declarar el asturiano llingua oficial. Peor para él. El olvido está lleno de políticos así. Otro vendrá que bueno lo hará. Me imagino qué me dirá con cara de desolación un amigo tinista obrero español que tengo. Le prestaré el hombro para que llore. Por lo menos mientras llora sobre mi hombro no me ve la cara que pongo. La misma que me queda ante los de la mesa petitoria. En este caso me la ven. Tampoco importa. No son amigos. No es necesario guardar las apariencias.

Como juega España marcho de fin de semana a la capital de ese exótico país. Calor como en cualquier otro del Magreb. La cerveza helada lo salva de ser tan integrista como Marruecos. Vuelvo a Mieres para el partido. Empecé el artículo escribiendo de La Villa y lo termino hablando de El Villa. Empecé con sidra, seguí con cerveza y termino a cacharros.




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