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Hablando alemán

2009 / 03 / 16 - La Nueva España

Hablando alemán

Llegó el buen tiempo. Las terrazas se animan. La cervecina al sol es el mejor anticipo de la primavera. Sólo falta que se anime el Carolina. Allí pilla el wifi de la biblioteca. El móvil, el portátil y una cervecina: no me hace falta ser sindicalista municipal para vivir mejor. Aunque los hay que lo intentan. Todo el día de reunión en reunión. Para dar la sensación de que hacen algo. Menudo percal.

De terraza esta mañana con Laudelino Vázquez. Radiante. Cada vez que nos vemos conspiramos un rato. En alemán, para que no nos entiendan los vecinos de mesa. Al sol en el Portofino. Como Lito habla alemán, no tenemos ningún problema. Zwei Bier! Tenemos un montón de novedades que contar. Un encierro, un congreso, un chiste, una boda… las tonterías de siempre.

Ricardo Montoto hablaba el otro día desde su columna de la nueva modalidad municipal de encierro. No la entendía. De ocho a tres. Horario de funcionario. Ahora se plantea una posible huelga. Tampoco la va a entender. Marifé Galán, ex sindicalista, me dice que no va a ir. Intento convencerla. Una güelguina, a estas alturas de la vida, nos viene bien para la salud. Cuerpo descansado, dinero vale. Porque, por lo demás, del convenio no vamos a sacar nada. Pero los dos sabemos perfectamente con nombre y apellidos quién lo va a sacar. Una vez que lo consigan, adiós encierro y adiós huelga. No es cosa de ahora. Ya viene de atrás. Ricardo es capaz de encontrarle un punto de cachondeo a esta historia. A mí me resulta imposible.

Vuelvo a la terracina. A la cervecina helada con una tapina de aceitunas con hueso. A cotejar datos. A hacer lo mismo que los del PP de Madrid: espiar a los de casa. A quién vamos a espiar, ¿a los de Rioglass? Bastante tienen ellos para con ellos. Al final todo el mundo pasa por delante. Es el encanto de la primavera. La maravilla de estar sentado al sol. Vuelta y vuelta.

Como para la próxima semana dan mal tiempo, marcho de vacaciones. Cambio el Portofino de Mieres por el otro. En vez de Zwei Bier! diré Due birre! A ver si para cuando vuelva hay suerte de que tenga huelga. ¡Ay, maminina, qué digo yo de huelga, cuando vuelva ya no queda nada para Semana Santa! Lo que me faltaba a mí, ponerme en huelga en Semana Santa. Con lo creyente que yo soy.




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