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La otra cuenca

2009 / 03 / 02 - La Nueva España

La otra cuenca

El concepto de “lo otro” se estudia en antropología. Define lo que es uno mismo a partir de lo que considera ajeno, diferente. Un concepto muy útil para definir lo que es un pueblo. Para explicar, entre otras muchas cosas, el nacionalismo.

En Les Cuenques este concepto es muy fácil de explicar. Hay dos. La del Caudal y la otra. O la del Nalón y la otra. Depende de que lado estés. La otra siempre es “la otra cuenca”. Están comunicadas, pero apenas hay comunicación entre ellas. Nada de lo que se hace en la otra suele interesar en ésta. Cuando hay que poner un ejemplo de algo que está mal, que es feo o que está hecho una mierda, siempre se dice que está en la otra cuenca.

Para los geógrafos teóricos Les Cuenques son una unidad. Lo que es verdad y mentira. Les Cuenques son como Cáceres y Badajoz. Cáceres ye Cáceres. Y Badajoz, Badajoz. En verdad, Les Cuenques no existen más que para definir esta edición de La Nueva España. Apenas hay más referencias. Cuando se fundó SODECO (Sociedad para el Desarrollo de las Comarcas Mineras) iba a llamarse Sociedad para el Desarrollo de las Cuencas Mineras. Pero inmediatamente desistieron de la idea porque las siglas serían SODECU y sonaba excesivamente asturiano. Un puntu de la otra cuenca (siempre tiene que ser de la otra cuenca) dijo: “Hasta aquí lleguemos: lo que me faltaba yera pone-y el nome en bable. ¿Qué queréis que seamos la risión de los d’Uviéu, ho?”. Y quedó SODECO.

Este domingo unos cuantos de esta cuenca fuimos de expedición a la otra. Nos dimos los móviles para por si acaso. Quedamos en ir en varios coches, unos detrás de otros. Haciendo caravana. Por el peligro de que pudiesen atacarnos. ¿Quién sabe? Queríamos asistir al concierto de los Hermanos Valle Roso. La ocasión lo merecía. Los peligros pueden afrontarse si la recompensa es buena. Y lo fue. Un concierto magnífico. Gente joven, muy joven, cantando tonada. Dedicado a los listos que siguen diciendo que la tonada está muerta. Que listos de estos los tenemos en les dos cuenques. Aunque luego, en conciertos antológicos, como éste, no se les ve la cara. De lo que nos alegramos.

Coincido en el patio de butacas con el escritor Xulio Arbesú. Me habla de un proyecto que nos va a unir. Un libro dedicado a castilletes mineros de la cuenca del Caudal. A mi me toca hablar de Barreo. A él de Polio. Escritores de la otra cuenca y de ésta. Juntos. Algo debe de estar ocurriendo. Algo extraño. Pero interesante.




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